Si yo fuera diputado
Por: Julio Torres:
Si yo fuera diputado, reconocería primero
que quien genera la riqueza de un país no es el congreso, no es el gobierno; es
el pueblo que trabaja, que produce, que intercambia, que descubre, que inventa,
que resuelve, que pelea contra el tiempo y sus imponderables, que escala los
peldaños del progreso con la dificultad que ello genera; es el pueblo que sabe
del triunfo y el fracaso en todo lo que emprende y finalmente es el pueblo el
que soporta el gasto que genera el gobierno al cumplir con su deber como
ejecutivo, legislativo y judicial.
Eso fue lo que me pregunté desde temprana
edad y cuando tuve oportunidad de investigar la actividad de un diputado,
grande fue mi sorpresa, pues muy poco de lo asentado en la constitución parece
que se cumple; en primer lugar, lo escrito afirma que un diputado tiene como
actividad fundamental y única, diseñar leyes en favor del pueblo que lo eligió
mediante el sufragio y que resulta ganador quien acumule la mayoría de dichos
votos.
La realidad del momento está muy alejada
de las campañas políticas, pareciera que lo asentado en los párrafos anteriores
resulta ser letra muerta, hasta el momento el contenido de las campañas de los
aspirantes me desconciertan pues, nada ofrecen como propuesta de diseño de
leyes, algunos se descalifican, otros contestan con réplica, ninguno habla de
haber estudiado las necesidades de los ciudadanos y por ende, diseñar leyes en
favor de sus representados.
Parece complejo lo que digo, pero es más
sencillo de lo que parece pues,
para cada queja de los ciudadanos, existe indudablemente una solución, que bien aplicada, lograría los deseos grandes y pequeños del último hasta el gran privilegiado de estas tierras, el encontrar la felicidad cada uno a su nivel de necesidades, la fórmula es triple: Seguridad, salud y educación.
para cada queja de los ciudadanos, existe indudablemente una solución, que bien aplicada, lograría los deseos grandes y pequeños del último hasta el gran privilegiado de estas tierras, el encontrar la felicidad cada uno a su nivel de necesidades, la fórmula es triple: Seguridad, salud y educación.
La seguridad es quizás, el punto más
importante de la triada, ya que si como ciudadano obtengo seguridad de mi
familia, de mis bienes, de mi trabajo, de mi descanso, de mi estudio permanente
en la búsqueda de
mejores sistemas de producción y el esparcimiento familiar, la sociedad funcionaría como una máquina perfecta, como lo es el cuerpo humano y de todas las especies vivas, con la diferencia de que la naturaleza nos entrega la máquina y los medios de hacer que funcione a la perfección, sin necesidad de cobrarnos un impuesto permanente y con incrementos progresivos el resto de nuestra vida.
mejores sistemas de producción y el esparcimiento familiar, la sociedad funcionaría como una máquina perfecta, como lo es el cuerpo humano y de todas las especies vivas, con la diferencia de que la naturaleza nos entrega la máquina y los medios de hacer que funcione a la perfección, sin necesidad de cobrarnos un impuesto permanente y con incrementos progresivos el resto de nuestra vida.
Es un hecho comprobado que si la
ciudadanía cuenta con seguridad en su vida diaria, el panorama social es como
un cuerpo sano, y se supone que
la razón de existencia de un gobierno es proporcionar seguridad como actividad primera y suprema, que garantice la convivencia y proteja a la sociedad en todo su esplendor, pero cuando falla la seguridad, todo es un sismo, entonces, quien gobierne, debe tener la capacidad de proporcionar la solución social.
la razón de existencia de un gobierno es proporcionar seguridad como actividad primera y suprema, que garantice la convivencia y proteja a la sociedad en todo su esplendor, pero cuando falla la seguridad, todo es un sismo, entonces, quien gobierne, debe tener la capacidad de proporcionar la solución social.
La naturaleza no se equivoca, todo lo
mantiene equilibrado y si en algún momento ese equilibrio se ve amenazado, ella
misma encuentra la manera de regresar al equilibrio pero sin un incremento de
impuestos,
simplemente coloca las piezas en el lugar correspondiente; También puede culpar a Dios si se presenta algún desequilibrio y como dicen los sacerdotes de todas las religiones: Cuando las cosas están saliendo mal, solo debemos pedir al Dios en el que creemos, que por favor “arregle” las cosas como estaban inicialmente, pero los ministros encuentran fácilmente las fórmulas adecuadas en cada asunto, solicitando la aportación “necesaria” según el caso.
simplemente coloca las piezas en el lugar correspondiente; También puede culpar a Dios si se presenta algún desequilibrio y como dicen los sacerdotes de todas las religiones: Cuando las cosas están saliendo mal, solo debemos pedir al Dios en el que creemos, que por favor “arregle” las cosas como estaban inicialmente, pero los ministros encuentran fácilmente las fórmulas adecuadas en cada asunto, solicitando la aportación “necesaria” según el caso.
La pregunta sería: ¿Cómo puedo hacer que
las cosas funciones? Y la respuesta no es otra, todos tenemos que hacer lo que
nos corresponde y que la actividad profesional que elegimos desde jóvenes, la
desarrollemos con honestidad, es decir, con justicia, dando a cada quien lo que
le corresponde, pero siempre actuando con verdad; si yo fuera diputado, en este
momento ya estaría diseñando una ley que obligue al encargado de la seguridad a
cumplir con el trabajo que su profesión le exija y vigilar de manera permanente
que cumpla con la comisión que aceptó al ocupar el puesto en el terreno de la
seguridad, lo cual implica
mover a su equipo de seguridad en el cumplimiento del deber a que se ha comprometido conforme a la ley.
mover a su equipo de seguridad en el cumplimiento del deber a que se ha comprometido conforme a la ley.
En un siguiente tema explicaré a mi
manera lo concerniente a la salud y la educación como complemento de este gran
tema social que nos aqueja.