martes, 25 de enero de 2011

Masonería y el camino

Por: Julio Torres

Sembrar en el corazón de las personas la duda filosófica de todas las materias que no ha estudiado por si mismo, habrá que explicarle la diferencia entre el bien y el mal.

Es importante mostrar a los seres humanos la esclavitud en que vive, despertando en su corazón el sentimiento de su propia dignidad para alcanzar la virtud y vencer al vicio.

Parece que tenemos que regresar al primer objetivo de la masonería, estudiar de manera intensa lo que el ser humano debe a Dios, a sí mismo y a sus semejantes.

Una vez que se entiende el concepto anterior, el ser humano comprenderá que ha sido dotado de una serie de facultades y que ahora debe aprender el modo de utilizarlas y perfeccionarlas física e intelectualmente.

Posteriormente ha de probar que con el estudio de los fenómenos de la creación, de la vida y de la muerte, lo que caracteriza al hombre es la inteligencia.

Es posible que esa inteligencia que caracteriza al hombre sea la herramienta para alcanzar la inmortalidad, es decir, que el masón debe morir antes que ceder a la ambición, a la ignorancia y a la hipocresía.

En este momento se entiende la necesidad de demostrar que tenemos una conciencia que no es otra cosa que nuestro propio juez.

Entendemos también que el honor, la virtud y la justicia, no son términos convincentes, sino que son sentimientos afectivos.

Los instintos sociales que tienen una mala educación solo pervierte, pero si se estudia, desenvuelve y sublima, nos hace dignos de de llamarnos hombres.

Por eso existe el maestro masón perfecto, y el será el encargado de convencer que el hombre es un ser finito, y que comprende la naturaleza, por eso crea las ciencias y las artes.

Su inteligencia es una emanación de la inteligencia suma o del ser infinito que lo formó a su imagen y semejanza.

Esta es la razón por la cual todos somos libres, somos iguales, somos hermanos y coherederos de los bienes de la tierra y de los cielos.

Es por eso que la curiosidad nos llama al estudio de las miserias sociales y las causas que las producen, y el compromiso es hacer que la libertad, la igualdad y la fraternidad reinen en el universo.

Afirmamos que debemos proclamar la soberanía o el derecho a dictar leyes y hacerlas efectivas, y solo el pueblo puede establecer las que han de salvarle de sus miserias.

El masón estudia las bases que han de sostener el edificio de la educación humana y dejar perfectamente establecido que la propiedad y el trabajo es el cimiento de ese edificio.

El masón se rige por grados y de esa forma limita a los agentes ejecutores de la voluntad del pueblo, además de establecer el sistema para elegirlos.
Así como marcar las atribuciones de los representantes de la nación en los países extranjeros y al mismo tiempo, deslindar los grandes poderes que han de legislar la localidad.

El masón estudia y aprende las bases en que ha de descansar un buen sistema tributario para que la nación se sostenga y no se agoten las fuentes de riqueza.

Perfeccionar la educación pública y declarar el derecho inalienable: la libertad de conciencia, y castigar al que quiera forzar a otro a abjurar su religión o a adorar al altísimo contra los dictados de su íntimo sentimiento.

Esta es solo una parte del camino para cumplir los deberes masónicos, ya hablaremos de los otros caminos en posteriores reportes.

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