domingo, 13 de marzo de 2011

Masonería y los métodos

Por: Julio Torres

Dos métodos para conseguir la igualdad: analítico y sintético, el analítico clasifica analogías y diferencias, mientras que el sintético deduce con lógica los hechos y los aplica.

Eso es la ciencia, que partiendo de los principios nos conduce al conocimiento de las verdades, querer enseñar por el sistema que sirvió para fundarlas, es condenar al ser humano al oscurantismo perpetuo.

Las ciencias políticas y sociales no se ocupan, como las físicas, de los hechos que se puedan repetir a voluntad.

La historia que lo consigna, es la asociación considerada en el tiempo, y triste de la humanidad si nos fuera dado, para corroborar nuestro juicio, someterla nuevamente a tan espantosas transiciones.

Estudiados por la síntesis, nada ofrecen de arbitrario ni fortuito, ella nos explica su orden de continuación y nos ilustra para evitar desastres.

Muchos siglos pasó el mundo en la barbarie, por la obediencia pasiva a que se sometió la educación fundada en las ideas absolutas.

La libertad está con el reinado de la razón de ese monstruoso estado, de esa guerra cruel en que el orden reniega de su padre el progreso, y se llama conservador, porque pretende radicar cuanto repugna a la conciencia.

Subleva las voluntades, sin comprender que lo que la generación pasada le pedía como una gracia, la nueva lo exige como un derecho.

Nosotros queremos para conseguirlo, arrancarle el arma más poderosa que le sostiene, y que el mismo adelanto de la civilización puso a su alcance “la educación de las masas”

La confió al clero, que recogió el botín con él, hasta que el primero los postró a todos a sus plantas y reyes y vasallos quedaron a merced del gran pontífice del templo de lo absoluto.

Nosotros lo somos del progreso, y le unimos al orden, en el templo de la razón, el exceso de la tiranía sacerdotal sublevó a los pueblos, y la primera explosión del cráter revolucionario destronó la unidad católica con el protestantismo.

A cada sacudida del coloso van desapareciendo para siempre las obras estupendas del orgullo de los viejos gobernantes.

Hoy, éstos extravían a las masas con sofismas, y seducen hasta a los inteligentes con la sombra de libertad de sus parlamentos.

Unidos a ellos, llamándose padres de la patria, no solo reglamentan y rigen la educación superior en los colegios y universidades, sino que legislan y administran la educación comunal, facultando únicamente a los que merecen su confianza para la educación privada.

La única ley que se debe discutir y proclamar para que todos conozcan la verdad y se liberen de las astucias de los ambiciosos es: La libertad de enseñanza.

Con el método sintético se puede lograr.

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