martes, 28 de junio de 2011

Masonería y los protocolos



Por: Julio Torres. En masonería los protocolos se parecen mucho a lo aprendido desde los primeros años en el seno familiar, cuando por educación nuestros padres nos obligan a determinadas disciplinas.

De acuerdo a especialistas que están muy enterados de la forma como funciona el cerebro ante las actividades enseñanza aprendizaje, parece que la masonería no se ha equivocado en su sistema pedagógico.

Dentro del ambiente familiar se guía al niño por medio de un protocolo de limpieza, que debe lavarse las manos y la boca por la noche y a la hora de levantarse, antes de ingerir cualquier alimento.

La masonería desarrolla un protocolo muy bien definido cuando inicia las reuniones de tal manera que todos los integrantes acatan paulatinamente a medida que asisten de manera habitual.

Se pide a los dignatarios que lean y pronuncien de manera exacta lo que la liturgia indica, logrando así que los aprendices o quienes recién ingresan, observen el protocolo en su exacta dimensión.

Cuando se practica de manera uniforme dicho protocolo en cada una de las reuniones, cada miembro de la logia entenderá el papel que le toca representar y el resultado cumple con lo esperado.

Para lograr lo que propongo, se requiere que los asistentes muestren la firmeza y seriedad que la masonería les pide, y de esa forma conseguir ese salario del que tantas veces hemos hablado.

La disciplina dentro de la reunión consigue muy buenos resultados cuando todos los asistentes cumplen fielmente con su trabajo, porque la finalidad de dichos trabajos es que se practique el sistema parlamentario descubierto hace muchos años para lograr acuerdos.

En efecto, mucho tiene que ver con los sistemas parlamentarios que se practican hoy en día en las democracias de muchos países con resultados formidables.

Es posible que en algunos otros países no ocurra lo mismo, pero entonces, no es necesario buscar culpables, lo que sucede es que puede tratarse de un parlamento con educación deficiente.

Cuando en las reuniones se trabaja con respeto y armonía, respetando los protocolos establecidos por la masonería desde los tiempos antiguos, los asistentes recibirán el mejor de los regalos, estrategias para aplicar en la vida familiar.

Entiendo que muchas veces tropezamos con miembros de la logia que muestran discrepancia en lo expuesto durante los trabajos e inclusive queda de manifiesto cierto malestar, sin embargo, también en estos casos aprenderá a respetar el pensamiento de los demás, pues nadie posee la verdad absoluta.

Entonces pues, espero que se entienda este asunto de los protocolos que no es algo que la masonería haya descubierto, es algo que nos ha servido de herramienta para describir la necesidad de una actitud protocolaria a nivel familiar hoy y siempre.

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