martes, 2 de agosto de 2011

Masonería y la riqueza






Por: Julio Torres.Un tema que no escapa al análisis masónico es la forma de evaluar los capitales y productos de la industria de todos los habitantes para que soporten las cargas del estado en su justa proporción.

Son tres las fuentes de riqueza: propiedad, capital e industria y la mejor contribución para el estado es cuando se hace directa mente por ser la más justa y económica, y si es directa descansa en las bases de producción, propiedad, capital e industria.

El que no tiene bienes conocidos ni productora industria, no debe pagar contribuciones directas ni indirectas, sería ridículo que el estado, que provee de hospitales y escuelas al jornalero tomara un centavo de aquel al que suministra millones.

El jornalero le dará al estado más que oro el día que se presente peligro porque él le dará su sangre.

Cuando los pueblos no tienen ideas exactas de la manera de sostener la libertad. Y obligan a contribuir a cada uno material e intelectualmente con su peculio y con su industria a las necesidades del estado, esa libertad se pierde.

Mucha ha sido la ignorancia que ha quedado de manifiesto en todos los pueblos del mundo cuando el estado se adjudica todo, la propiedad, el capital y la industria con el único fin de asegurar su riqueza.

La ostentación que muchos hombres del estado hacen ante los distintos niveles de producción solo contribuye con eso a que el productor busque la manera de eludir la mayor cantidad de pagos con la utilización de las mismas leyes emitidas.

La contribución indirecta es la más socorrida por el estado como es el caso de gravar los artículos de primera necesidad, de ese modo cuenta con entradas seguras que hace pagar la misma cuota al pordiosero y al millonario.

Muchas son las trampas que se estructuran para decir que no se graban los artículos de primera necesidad, pero indirectamente quien produce distribuye y comercializa esos productos, sufre costos indirectos que van a repercutir en el consumidor final.

Cuando se gravan los productos de lujo es a la clase media a la que más se afecta, aunque el proyecto trate de hacer que los que más tienen más paguen, porque la clase media compra esos productos por presión social o familiar.

Esa dichosa contribución indirecta hace que los servicios que el estado proporciona por ley, también sirven para encontrar concesiones que disfrazarán la manera de hacerse de muchos ingresos que algunas veces no será necesario declarar como tales.

Por errores económicos de los gobernantes acerca de la riqueza es que se han arruinado una tras otra las antiguas repúblicas y los modernos imperios.

La contribución directa, como hija de la naturaleza de las cosas, fue la única que conocieron las naciones primitivas, Moisés, profundo legislador y economista, vio que un estado bien regido no debía exigir más que la décima parte de la producción para los gastos generales.

Así se establecieron los principios eternos de que ni el poder civil ni el religioso deben gravar más que los productos y que había de abonarse directa mente por los productores.

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