O el
justo medio. Desde luego no se trata de entablar una competencia, los
contrarios a que me refiero pueden ser: el frío del calor, noche y día, bueno y
malo, alegre y triste, prudente y radical y muchos más.
Dentro
de la filosofía del masón, el caminar sobre los contrarios, equivale a caminar
en el justo medio, es decir, saber que el frío termina donde el calor comienza,
es el principio de la comprensión de las leyes divinas.
El
amanecer con todo su esplendor solo puede darse cuando la noche está terminando
y no antes ni después, de manera que todo funciona en armonía cuando se
concreta el justo medio.
El
masón entonces va a comprender de manera sencilla, cuando habla de lo bueno y
lo malo por medio del símbolo utilizado para tal fin, los cuadros negros y
blancos.
Se dice
que el piso de un templo contiene cuadros negros y blancos para simbolizar los
contrarios o los opuestos y que inicialmente hablan de lo bueno y lo malo.
Es
posible que hablar de lo bueno y lo malo resulte un magnifico ejemplo, entre lo
bueno y lo malo solo media una pequeña línea que marca la separación de los
conceptos.
Ese
espacio entre lo bueno y lo malo es comparativo de lo que nos ocurre en la vida
cotidiana, la distancia entre uno y otro es como la línea entre lo sublime y lo
ridículo.
Lo
sublime es tal vez uno de los deseos más importantes a conseguir de todos
nosotros, sublimarnos puede resultar maravilloso y se debe disfrutar con
placer.
Lo
contrario sería tal vez lo ridículo, que por si mismo, puede ser tan doloroso
que hasta nos puede causar un trauma difícil de superar por el resto de la
vida.
El
mismo ejemplo es valido para la risa y el llanto, la prudencia y el
radicalismo, la bondad y la maldad, y así podemos enumerar todos los ejemplos
que lleguen a la mente en este momento.
Lo
importante es definir que el masón está por encima de todo lo descrito, es
decir, que ese es un gran objetivo a conquistar por medio de los mecanismos
pedagógicos, que la masonería entrega por medio de su simbolismo.
Muchos
eventos que calificamos como buenos, en el fondo pueden convertirse en maldad,
o viceversa, cuando eso ocurre, acudiremos a la prudencia, a la reflexión o al
sentido común que ayudará a comprender como encontrar el justo medio.
Lo
anterior lo podemos comprender de manera objetiva cuando estamos ante una
persona que sufre una alteración o un enojo, tal vez justificado, que al tratar
de invitar a esa persona a que se calme, lo único que vamos a conseguir es que
el enojo crecerá incontrolable.
Lo que
se debe hacer entonces es buscar los argumentos necesarios, y que dicha persona
logre pacíficamente, armonizarse de manera personal, esto es, que encuentre su
justo medio.
Las
leyes universales funcionan de esa manera, pueden sufrir alteraciones extremas,
pero al final encuentran ese justo medio y la calma regresa.
Es por
eso que se dice que el masón está por encima de los cuadros negros y blancos,
porque sabe cuando buscar el justo medio en cualquier situación y mostrarlo a
lo nuevos masones.
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