Abrir
una puerta puede convertirse en todo un acontecimiento, o simplemente una forma
de introducirse a un recinto cualquiera, sin embargo, existe un protocolo en
cada recinto.
En la
vida cotidiana encontramos una serie de formas al llamar a una puerta, trátese
de una oficina, un consultorio, o nuestra misma casa, lo mismo hacen los
ejércitos cuando quieren agrupar a los soldados por medio del corneta de mando.
La
iglesia no se queda atrás, lo hace por medio del repicar de campanas y hasta
los sonidos emitidos con el amplificador natural como es la boca, ella, puede
emitir sonidos muy agudos, que se escuchan a grandes distancias.
La
masonería no es la excepción, existe un protocolo perfectamente establecido en
cada uno de los eventos, que se realizan en los grupos identificados como
logias y de acuerdo al nivel de cada miembro.
Existen
formas de tocar a una puerta e inclusive se adoptan explicaciones para cada
caso que sirven como indicadores o simples alegorías que refuerzan la
identificación de quien llama.
No
podemos olvidar la máxima que indica: Pide y te darán, busca y encontrarás,
llama y te abrirán, que bien se puede adjudicar a quien utiliza tres golpes al
llamar a una puerta.
Habrá
quien lo haga con más golpes, todo estará de acuerdo al mensaje que pretenda
comunicar al llamar a una puerta y que más parecerá a una clave que a una
llave.
Es
bueno recordar que todavía en la primera mitad, o un poco más del siglo pasado,
se utilizaba el “código morse”, o “alfabeto morse”, para comunicarse a grandes
distancias.
Hoy se
conoce como la comunicación del telégrafo, que consistía en puntos y rayas, se
lograba produciendo sonidos cortos y largos que acomodados en forma adecuada se
formaban letras que completaban palabras y frases completas.
Durante
muchos años, ese alfabeto lo utilizaron las naves marítimas y después las
aéreas, ya que no existía otra forma de comunicarse a grandes distancias.
Paralelamente
se desarrolló la comunicación por radio, identificada como “onda corta”, era
capaz de emitir voz y música a grandes distancias, inclusive dar la vuelta al
mundo.
La
técnica de esa comunicación se puede consultar en páginas especializadas, lo
importante es enfatizar que desde siempre se ha diseñado una llave para
ingresar a todo recinto.
Es por
eso que he tomado el ejemplo de los tres conceptos que nos legó quien dijo:
Pide y te darán, que bien puede ser el equivalente a un solo golpe en la
puerta.
Quizás
un segundo toque o un segundo golpe a la puerta se traduzca en el principio:
Busca y encontrarás, ya que solo buscando es que se puede encontrar la
respuesta a toda interrogante.
Finalmente,
llama y te abrirán, porque estoy seguro de que siempre existe alguien que
abrirá, las puertas siempre se abren por muy aseguradas que se encuentren.
Es
posible que el secreto sea saber pedir, o tal vez, primero se necesita buscar
lo que se desea pedir, alguien lo debe poseer, de otro modo nunca se encontrará
lo que se quiere pedir.
El gran
secreto entonces será, saber a que puerta debemos tocar, es posible que el
orden sea fundamental para conseguir lo que se desea: Pide, busca y llama.
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