Por: Julio Torres.
Dos elementos indispensables e
inseparables son la conciencia y el alma, porque una conciencia equivocada hace
que el alma actué de manera equivocada, por lo tanto, se hace necesario que a
la hora de educar a la conciencia, habremos de tomar en cuenta la estructura
del alma, o tal vez al revés, no lo se.
Desde luego que dicho de la manera como
lo hago en el párrafo anterior pudiera parecer que estoy en otro mundo o
simplemente no se lo que digo, pero de acuerdo a la vida que me ha tocado vivir
me parece indispensable concatenar la actuación de la conciencia y el alma.
En múltiples ocasiones hemos hablado de
la conciencia y la manera de tratar de comprender su función, pero, lo
importante es aceptar que, es la conciencia la que determina el comportamiento
de una persona, sobre todo en la toma de decisiones, de ello depende un triunfo
o un fracaso.
Pero: ¿Cuál es entonces el trabajo del
alma? Primero debemos definir una y otra, si la conciencia determina lo que
debemos hacer ante una situación cualquiera, el alma dará personalidad al
actuar en esa misma situación cualquiera.
Podemos también definirlo de la siguiente
manera: Si el alma es nuestra personalidad, la
conciencia decidirá la manera de hacer aquello que deseamos, lo cual nos
indica que hacerlo estará directamente proporcional a la educación que hemos
recibido, primero en el seno familiar y después en la academia.
Por otro lado si es el alma quien decide
lo que debemos hacer, la conciencia vuelve a tomar la importancia debida y una
vez más queda manifestado el conocimiento en el seno familiar además de la
academia, entonces podemos deducir que tanto la conciencia como el alma
actuarán de manera coordinada y el resultado dependerá de su herencia familiar
y académica.
He titulado este tema: “Indispensable o
necesario” en función de que considero que el alma y la conciencia, o la
conciencia y el alma, son dos grandes atributos que nos son entregados desde el
momento en que llegamos a este mundo y que utilizaremos conforme a la herencia
familiar y a la formación que recibimos desde el primer instante.
No concibo separadas una de la otra,
ambas son elementos que nos hacen iguales a los seres humanos, pero distintos,
es decir, todos los hombres o todas las mujeres son iguales pero distintos, la
conciencia y el alma es lo que les hace diferentes.
Creo que de esta descripción se
desprenden una serie de términos coloquiales, cuando el actuar de determinadas
personas se dice que: “Es un desalmado o es un inconsciente” como si se tratara
de la ausencia de alma o de conciencia y lo que ocurre es que su formación ha
sido equivocada.
El estudio de la masonería enfatiza
puntualmente estos dos aspectos porque son fundamentales en el comportamiento
humano, por medio de la conciencia se logra un actuar apegado a los usos y
costumbres del lugar social que habita y el alma determina la personalidad que
lo hace distinto al resto de quienes integran el grupo social.
Una vez que lo anterior se comprende más
o menos congruentemente, ya se pueden entender conceptos como la lealtad, el
trabajo y la superación en todos los aspectos de la vida en general, pero eso
lo trataremos en futuros reportajes.
Por el momento deseo que haya quedado
entendible la función de los grandes atributos que la vida nos entrega:
Conciencia y alma, indispensable o necesario que trabajen juntos.