lunes, 23 de septiembre de 2013

Grandes secretos

Mucho se ha escrito y hablado sobre los secretos que guarda toda asociación humana, llámese cofradía, religión, sindicato, orden, ideología y hasta masonería, pero la realidad es que cada una de ellas siempre guarda una serie de asuntos o vivencias que solo se pueden develar mediante esa vivencia, se obtiene desde el momento en que se tiene acceso a cualquiera de las disciplinas mencionadas, no sabemos en realidad como se “ordena” un sacerdote de cualquier religión, de tal suerte que todo lo que se comenta siempre quedará en el terreno de la especulación.
Con la masonería ocurre lo mismo, en realidad nadie conoce a ciencia cierta a lo que se refiere el llamado “secreto amazónico” porque el acceso a una logia no se abre de manera simple, salvo contadas excepciones por diferentes motivos, pero al final de cuentas a lo que se refiere el famoso “secreto” resulta un tanto difícil de divulgar porque no existe una definición específica, pues solo con la vivencia es que se podría hacer una reseña que lamentablemente siempre quedará inconclusa debido a que se trata de esa vivencia de la que hablo.
Puede resultar igualmente complicado describir el aroma de una rosa, o la emoción del primer beso con el sexo contrario o diferente, también ocurre con la primera experiencia amorosa o sexual, en fin, puedo enumerar miles de ejemplos y aun así nunca podré describir lo que yo sentí en cada una de mis experiencias, algunas veces en este mismo espacio he tratado de describir la emoción del primer beso recibido por una encantadora niña a mis 10 años de edad y quizás los mismos de ella, a la fecha, percibo ese estremecimiento maravilloso que me parece que ocurrió ayer.
Cierto es que ni siquiera puedo narrar lo sentido cuando me bautizaron, tal vez cuando me “confirmaron” lo que recuerdo es que me vistieron con prendas adecuadas y la iglesia con muchos asistentes,
pero solo eso y el resto de los compromisos quiero pensar que se desarrollaron de la misma manera, y cuando ingresé a la masonería percibí emociones parecidas, pero tampoco las puedo describir puntualmente, inclusive cuando he tratado de hacer una descripción me resulta muy difícil recordar detalles que deseo contar y sin embargo no los puedo imaginar fielmente.
Después de tantos años de asistir a las reuniones con mis hermanos, siempre comprendo algunas cosas que en su momento no puede hacerlo y agradezco a los nuevos ingresos que cada día me ofrecen una
comprensión más amplia de lo que viví en su momento hace ya muchos años, de manera que he llegado a la conclusión de no tratar de explicar mis vivencias porque considero que carece de valor, pues cada nuevo miembro de la orden contesta a muchas de las dudas que a la fecha me agobian.
Así que los grandes secretos siempre estarán guardados en nuestra mente o en el “disco duro” que nos entregaron al nacer, cuantas cosas hemos guardado y ni siquiera nos atrevemos a comentar con personas de nuestra entera confianza, por lo que conceptúo ese es el verdadero secreto, nadie más que nosotros mismos sabemos exactamente lo que guardamos celosamente en nuestros recuerdos, eso es a lo que se refiere el secreto amazónico, no puedo revelar mi secreto porque pareciera que en mi “disco duro” existe un “candado” impidiendo la divulgación de aquello que solo es de mi propiedad y cada uno de nosotros posee “su propiedad”

Quiero cerrar este tema con el siguiente mensaje: En infinidad de librerías existen libros que no solo de masonería hablan, ocurre lo mismo con todas las religiones y todas las corrientes de pensamiento, el secreto verdadero se encuentra más cerca de lo que imagina, solo recuerde que usted es parte del creador de todo y no conocemos, mucho trabajan autores en dar forma a ese creador de todo el universo, esa es la razón de que todos los pensamientos desembocan en un mismo punto, el gran secreto es: El creador del universo.
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