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martes, 25 de octubre de 2011

La aceptación

Aceptar un acontecimiento que no esperábamos es tal vez lo más difícil de aceptar, ¿Por qué a mí? Es la pregunta, que pasa, ¿Porqué a mí? Ese es el reclamo que hacemos a la vida porque no entendemos o no tratamos de entender que así es el proceso de vida.

Aceptar un algo desagradable es solo eso, aceptar que tal vez estaba previsto en el argumento de nuestra vida, o que fue provocado por algún antecedente, o finalmente porque así debía ocurrir.

Lo más común es cuando ocurre la perdida de un ser querido, como si no entendiéramos que es parte de la vida, unos se van y otros se quedan, o cuando por accidente se pierde una parte del cuerpo de manera intempestiva.

La realidad es que debemos aprender a vivir sin aquello que teníamos o aprender a vivir con aquello que nos ocurrió y desde luego que cada uno de nosotros manifiesta de distinta manera lo que ve desde su muy personal punto de vista.

La masonería sin duda tiene los medios o argumentos necesarios en cada caso, esa es la razón por la que recomienda como principio fundamental tanto el tratar de conocerse a sí mismo, como el dudar de cuanto le sea manifestado.

Esto es, aplicar la filosofía de la duda es el punto fundamental, la pregunta inicial de: ¿Porqué a mí? Y la respuesta con otra pregunta: ¿Y porqué no? Como si se tratara de alguien que estuviera por encima de todo ser humano, habremos de entender primero que todos somos iguales.

El ostentar la dirigencia de cualquier asociación humana solo es ocupar del primero entre sus iguales, entonces, solo eso es lo que lo hace distinto, de manera que cuando comprendemos este concepto, es más sencillo aceptar cualquier acontecimiento.

Hay quien por motivos naturales, es decir, por una catástrofe natural pierde todo su patrimonio, o pierde a sus seres queridos, o simplemente él pierde algún miembro de su cuerpo, simplemente ahora tendrá que vivir sin ello.

Es posible que en este momento alguno de mis lectores manifieste la idea de que yo no he perdido nada en mi vida y es por eso que hable de esta manera, sin embargo, le aseguro que he vivido una buena parte de todo lo que manifiesto.

Pero la comprensión de esa duda filosófica que la masonería me entregó desde el principio indudablemente ha sido la mejor herramienta que me han facilitado y con ella he podido manejar todos los acontecimientos a lo largo de mi existencia.

Por tal motivo, le invito a seguir esta línea, la duda filosófica, como herramienta de comprensión ante cualquier situación, le aseguro que es muy efectiva y la aceptación es automática.