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miércoles, 22 de junio de 2011

Masonería justifica el secreto

Por: Julio Torres.

La sorpresa que experimenté cuando ingresé a la masonería fue la cantidad de datos que me fueron comunicados en muy poco tiempo, además de recomendar que de ninguna manera debía manifestarlos a profano alguno.

La forma de tocar a la puerta de un templo masónico, o la forma de saludar a los hermanos de la logia que permitió mi ingreso, me indicaron que era la misma forma y costumbre en la masonería mundial.

La manera de solicitar la palabra en las reuniones habituales también hubo que aprender con el protocolo establecido, además de cumplir con la disciplina establecida para el caso.

Las tenidas, como se define a las reuniones masónicas, manejan un protocolo sencillo y completo, pero se requiere de algún tiempo para dominar el protocolo, que dicho sea de paso, es bonito e interesante.

La forma de caminar dentro del templo, la manera de colocarse en determinados momentos, el lugar que se debe ocupar en el templo va de acuerdo a la jerarquía que cada hermano ostenta.

En las liturgias de cada grado se puede encontrar el mecanismo de protocolo que debe ejercitarse de acuerdo al nivel masónico que cada hermano ostenta.

No debemos olvidar que la masonería es jerárquica y el parecido a una sala de litigio cumple a la perfección con el protocolo, sin contar con la presencia de un jurado.

Se conoce con la palabra retejar, a la manera como los masones descubren el grado que ostenta cada hermano, y que pretende ocupar una plaza en los talleres de una respetable logia simbólica.

Cada grado tiene una manera especial de demostrar que se ostenta dicho grado, es bueno recordar que en cualquier momento podemos ser requeridos en los distintos niveles.

El protocolo indica la manera de iniciar la exposición de un comentario, y en voz alta se nombra a cada uno de los asistentes en orden jerárquico, como lo indican los antiguos usos y costumbres.

Una recomendación es que la oratoria que se utilice al tomar la palabra sea lo más concreta posible y que aporte diferentes puntos de vista para que cada hermano capture lo que le sea útil para su vida cotidiana.

Toda actividad en los trabajos de logia, respeta y pide respetar al pié de la letra, con el fin de hacer dinámicas cada una de las tenidas y mucho depende del responsable en turno.

Muchos textos existen que han divulgado la manera de conducir una logia, sin embargo, creo que no es recomendable dicha divulgación porque se viola el secreto de la masonería.

Puedo afirmar que estoy de acuerdo con el secreto, afirmo que solo así se puede dirigir los trabajos con matices adecuados para quienes desean en verdad conseguir la sabiduría.

Sin el secreto se corre el riesgo de convertirse cada tenida en una charla de café que solo lograría una tertulia más o menos atractiva pero sin ninguna aportación positiva.

Una buena recomendación es que la mejor manera de entender lo que la masonería trata de hacer por nosotros es conservar ese secreto, cada logia tiene su manera personal de conducir los trabajos.

Por lo tanto, podemos entender que cada logia se comporta como una familia, donde lo que prevalece es la educación que cada miembro recibe en el seno del hogar.

Aquí entendemos la razón de la manera de comprender lo que una logia nos entrega, es mi madre logia, la que me vio nacer a la masonería, es lo que la hace distinta al resto de las logias en el mundo.