Por: Julio Torres
El objetivo de la masonería simbólica es sacar al hombre de la “barbarie para civilizarle”, así lo declaran los usos y costumbres para tratar de explicar la evolución positiva que pretende.
El simbolismo habla a la imaginación y a los otros sentidos con la mira de excitar el deseo de saber y regenerarle por la iniciación en maridaje con el espíritu.
Una vez que analiza un tema por medio de la simbología, ya está listo para ejercitar su inteligencia por medio de la filosofía, libre de cualquier tipo de esclavitud.
Esa esclavitud que nos mantiene secuestrados por los vicios, las pasiones, y el fanatismo que desde temprana edad nuestros padres, con la mejor de las intenciones nos hacen comulgar.
Lo cual ocurre no por voluntad de nuestros amorosos padres, sino por la tradición que los obliga a entender y aceptar sin protestar lo que por generaciones se ha hecho.
Lejos se encuentra entonces, esa libertad de que habla la masonería, de manera que una vez que ha entendido la simbología de la escuadra y la regla, ahora verá una estrella.
Pero no se trata de una estrella cualquiera, es una estrella flamante de cinco puntas y que en el centro luce brillante una letra, “G” tanto o más brillante que la propia estrella.
La estrella es una alegoría de la razón, indica con su brillantez que es sencillo atender y recibir todo cuanto emane de la razón cualquiera que esta sea.
La letra “G” , inicial de la generación masónica a que se sometía a los iniciados, obligándolos a desbastar la piedra en bruto, equivalente a las escorias del vicio o las preocupaciones que impedían comprender la naturaleza.
El masón es el que proclama la igualdad, el que protege como padre al desamparado u oprimido, el que en lo secreto de la familia, guía a sus hermanos en el camino del progreso.
Los masones se unen a otros masones para multiplicar los conocimientos, y nunca se guardan para ellos solos “la verdad”, porque, el hombre que se aisla, anula las virtudes y talento en la soledad del olvido.
La masonería se fundo para trabajar en busca de la verdad y sacrificarse para adquirir la virtud, como la verdad erraba en los limbos de la ignorancia, levantaron una tribuna.
A ella subía quien pretendía explicar un punto científico, y responder a los argumentos que le propusieran los amantes del saber, según sus propuestas.
No basta ser estudioso ni entendido, es necesario poseer el arte de la palabra, que enseña deleitando, muchas veces la sabiduría sin la elocuencia, hace que el mensaje no llegue.
Físicamente la escuadra sirve para hacer que todas las caras de una piedra cúbica sean perfectamente iguales, que ayudados con la regla se obtienen superficies niveladas.
Concluyendo entonces, la simbología de la escuadra y la regla, se entiende como la igualdad y la justicia, es decir, la escuadra es el emblema de la igualdad, que debe reinar entre los hombres, y la regla, emblema de la justicia, que ha de presidir a sus relaciones.