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domingo, 8 de mayo de 2011

Leyenda y entrega a la vida

mejores hombres para cada actividad social

Por: Julio Torres

Casi en todas las religiones la consigna es, que debemos aceptar lo que Dios nos da, y que no debemos protestar por ello, y en el peor de los casos, debe aceptarse dócilmente.

Recuerdo que desde muy chico, la  aceptación como lo consiga inclusive la liturgia, siempre me pareció fuera de lugar, o simplemente incomprensible para mi corta edad.

Mi rebeldía silenciosa no permitía ni siquiera alzar la voz para decir que no estaba de acuerdo, y como fui educado en un régimen de obediencia absoluta, dejé el asunto para mejor momento.

Al paso del tiempo, intento comprender lo que las religiones tratan de decir, con el asunto de la aceptación sin replicar, y encuentro que todas  buscan más o menos lo mismo.

Indudablemente que aprecio en todo lo que vale el hecho de que mi madre, siempre inculcó en mí, el respeto a todos los asuntos, inclusive el religioso.

También plasmó un mensaje valioso, todo asunto tiene su verdad y lo valioso es que yo sea capaz de investigar minuciosamente para  no equivocarme.

Cuanta razón tenía mi madre, hace unos días escuché este asunto en voz de algunas personas muy enteradas, fue halagador entender que el entregarse tiene algunas aristas.

Partamos de la premisa, entregarse a los acontecimientos, ¿Qué es lo que significa? La mayor parte de las veces, cuando algo nos aqueja o que no podemos resolver, la desesperación nos aniquila.

Como si se tratara del viejo dicho, “el que se enoja pierde” y así es, lo peor que podemos hacer es enojarnos, aquí es donde encaja a la perfección, entregarse a los acontecimientos.

Entregarse no significa darse por vencido, o aceptar el destino, o la voluntad de Dios, no creo que Dios sea selectivo, que reserve todas las cosas buenas solo para unos cuantos.

Con la mejor voluntad debemos entregarnos, solicitando una solución al problema que nos aqueja, el error es cuando pedimos que el problema se solucione con un proyecto personal.

Es decir, si el problema es de dinero, lo que pedimos es un premio de la lotería o un préstamo de inmediato y nunca pensamos que lo que debemos hacer es entregarnos.

Entregarse equivale a trabajar mentalmente el problema por lo menos unos 15 minutos antes de dormir y otros tantos al despertar, claro que el milagro no aparece así de rápido.

Lo que ocurre es que para entregarnos es necesario que la petición se estructure correctamente, que la gramática sea justa y perfecta, de otro modo no resulta.

Esto quiere decir que si no se estructura la solicitud con exactitud, se corre el riesgo de no ser entendida y lo que va a ocurrir es que si la comunicación falla, nada podemos esperar.

Habrá que intentar la petición tantas veces como sea necesaria, revisando cada vez, si la estructura de la petición contiene la gramática adecuada, la retorica que permita comprender el mensaje y la lógica para que todo mundo la entienda.

Si se cumplen esos requisitos, no duden que la ayuda va a llegar, pero debemos estar muy atentos para no dejar pasar la solución, porque solo se presentará un instante.

Si dejamos pasar ese instante, lo más seguro es que habremos de hacer la petición completa una vez más, y diseñar nuevamente todo el proceso.

Espero que sea útil este sistema, pues me ha dado muy buen resultado, entregarse a los acontecimientos equivale a entregarse a la vida.