Por: Julio Torres
La transmigración de las almas de un cuerpo a otro más o menos perfecto conforme a los merecimientos alcanzados en la existencia anterior.
Alma.-Sustancia espiritual e inmortal que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre. Esto es lo que está escrito en el diccionario.
El dicho consigna que cuando el río suena es que agua lleva, y lo interesante en este caso es que al hacer la consulta en algunos diccionarios, palabras más o palabras menos pero los conceptos muestran lo mismo.
La pregunta sería: ¿Entonces es cierto que la reencarnación es un hecho?
Partiendo de esta premisa, diremos que habremos de aceptar que el alma no muere, que es eterna y el ¿como?, pertenece a otro tema.
La palabra metempsicosis por si misma parece que confirma lo que los diccionarios sentencian, alma es el principio sensitivo que da vida e instinto a los seres vivientes.
Desde luego que existen infinidad de textos que han trabajado y manejado este asunto ampliamente y a la perfección, la intensión es tratar de explicarlo de manera simple para saciar la curiosidad.
Muchas veces se ha discutido sobre la dualidad en el ser humano y quiero dejar al margen al resto de las especies por el momento, para hacerlo más sencillo.
Dicha dualidad se establece por los conceptos de alma y espíritu, pero no se está siendo honesto con la tercera parte que es el cuerpo, finalmente es tan importante como el espíritu y su alma.
Parece que algo de mágico, o mucho de mágico tiene el número 3, ahora bien, quien es más importante, el cuerpo, el espíritu o el alma.
La respuesta parece obvia, pero ¿entonces? No es tan sencillo contestar esa pregunta, los tres son fundamentales, se necesitan los tres y cada uno del otro, alma, espíritu y cuerpo.
Imaginemos por un momento que en este preciso instante en algún lugar del mundo se está produciendo una gestación, es el inicio del milagro de una vida.
Pienso que también en este instante se está designando a alguien, para vigilar el proceso de gestación y su trabajo es a partir de este instante y hasta que el cuerpo que se está gestando termine su función de vida.
En los próximos nueve meses, un alma estará lista para ingresar en ese cuerpo en el momento oportuno, y cuando eso ocurra, cuerpo, espíritu y alma estarán ligados estrechamente por mucho tiempo.
El trabajo de gestación queda claro que corre a cargo de la madre, entonces, ella será la encargada de proporcionar los elementos necesarios para el desarrollo óptimo de ese nuevo cuerpo.
El funcionamiento perfecto de ese cuerpo queda bajo el cuidado y control del espíritu que fue designado desde el momento de la gestación y hasta que esa maquina perfecta sucumba.
Cuando terminan los nueve meses de gestación, el alma ya puede manifestarse por medio de ese cuerpo, y a partir de entonces, ese nuevo ser que vemos llegando a nuestro mundo ya tiene personalidad propia.
Cuando esa alma ingresa a ese nuevo cuerpo, se produce el efecto de la metempsicosis.