Por: Julio Torres.
Dignatarios y oficiales son los títulos que ostentan quienes dirigen los trabajos durante las tenidas habituales de cada logia, y como en toda actividad social, uno es quien dirige.
Ese director en este caso se denomina V. `.M. `. Que se traduce como el primer maestro entre sus iguales, y obtiene ese sitio por la libre y espontanea voluntad de los integrantes de la logia.
En orden jerárquico dos maestros más ocupan el segundo y tercer nivel en el mando de toda logia y reciben el título de vigilantes, que en ausencia del V. `.M. `. Toman su lugar por un tiempo denominado pro tempore.
Por jerarquía, el vigilante que ocupa el tercer nivel, se encargará de instruir a los aprendices que recién ingresan a las logias, y por su conducto se calificará el avance en el estudio de ellos.
El otro vigilante tiene la responsabilidad de conducir y calificar a los compañeros, además de preparar a cada uno para que pueda obtener el título de maestro como epílogo de la primera etapa de la masonería.
Como si se tratara de la estructura de un país, en logia existe también la persona que se encargará de escribir y dejar asentado lo que ocurre durante el mandato existente.
En masonería se le conoce como secretario y guarda sellos, ya que este personaje es el encargado de escribir y sellar lo que ocurra en los trabajos ordinarios y extraordinarios.
También se encarga de tramitar la correspondencia de entrada y salida en la logia y la forma de comunicarse con la gran logia a la que pertenece y al resto de las logias hermanas.
Inclusive es el encargado de tramitar los documentos necesarios para los masones que viajan a otras latitudes en favor de la hermandad que divulga la masonería.
Aunque parezca redundancia, se encarga de organizar la documentación de cada miembro de la logia desde el momento en que solicita el ingreso y cada unos de los peldaños conquistados.
El quinto personaje necesario como dignatario es quien se encarga de la oratoria, es decir, el encargado de dar fe de la legalidad en los trabajos, como representante del pueblo masónico.
Lo reconocemos con el título de orador, y es él quien conoce minuciosamente las leyes y reglamentos de la gran logia y de la respetable logia en la que ocupa ese honroso cargo.
Al final de cada tenida, calificará los trabajos conforme al desarrollo de los mismos, mediante los niveles justos y perfectos o muy cercanos a la perfección, de acurdo a su criterio.
El orador es el único dignatario que puede suspender los trabajos aún en contra del jefe del cuerpo, o V. `.M. `. Si a su criterio se ha violado ley o reglamento que amerite dicha suspensión.
Finalmente, en el nivel de dignatarios solo falta el encargado de la economía de la logia, que tiene a su cargo captar ingresos por medio de capitas, para sufragar los gastos necesarios de logia.
Atenderá también los gastos que por cualquier motivo haya que hacer dentro y fuera de logia que previamente determine el poder legislativo integrado por los maestros de la logia.
Los dignatarios que hemos relacionado son los encargados y responsables de la forma en que funciona una logia, su dignidad es sinónimo de responsabilidad, espero haber sido claro y preciso en la descripción de los responsables.
