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sábado, 25 de diciembre de 2010

Masonería y la soberanía

Por: Julio Torres

Un rey tiene poder, pero si es excelente e insuperable entonces si es soberano, y esa soberanía no puede encontrarse fuera del hombre, porque es un derecho.

Como todo derecho deriva de las facultades inherentes a la naturaleza humana, la soberanía es su propiedad.
Sucede con la soberanía lo que con la verdad, que es patrimonio de todos, a nadie pertenece una mayor parte, sino que es propiedad de la asociación humana.

El pueblo o la suma de todos los hombres que constituyen una unión,  no puede desprenderse de la soberanía ni reconocer a nadie el derecho de darle leyes, sin que se convierta en grupo de esclavos.

Cada hombre tiene derecho igual a ser parte del ejercicio de esa soberanía, porque el es parte de la asociación humana en que radica.

Pero entonces, ¿que debemos entender como asociación humana? Quizás puede ser un taller de producción establecido para el bien común, al que cada uno contribuye de acuerdo con sus medios, y en el que debe poseer derechos distintos.

Surge una nueva pregunta, ¿Cómo se dividen los derechos del hombre? Desde luego que primero son los derechos naturales que pertenecen a todo hombre y solo por la fuerza se les priva de ellos, nunca por la justicia.

Luego son los derechos civiles, los miembros de un país o asociación determinada, depende de las leyes nacidas de sus propias necesidades o de los usos y costumbres.

Finalmente son los derechos políticos, es decir, la facultad de elegir y ser elegido para gobernar la asociación y de su buen o mal uso depende su existencia.

La justicia y la equidad hace que desde el mas pequeño hasta el mas grande de los ciudadanos goce de los derechos naturales.

En lo que se refiere a los derechos civiles, es fundamental que quien no conoce las leyes debe ser representa do por un apoderado.

Para los derechos políticos se necesita mayor tino y discernimiento para no ofender a la justicia ni faltar a la equidad.

Los derechos del hombre que hemos enumerado son fundamentales para entender a lo que debe limitarse un gobierno para no ser perjudicial a la nación.

Inicialmente defenderá al débil contra el fuerte, a velar por la salubridad publica, proteger lo existente sin comprometer el futuro y no empeñarse en administrarlo todo.

No hay mejor gobierno que el que no se ve gobernar o el que menos gobierna.

El mejor gobierno es el que solo administra la ley para permite que cada ciudadano genere riqueza para el país, y sus habitantes, y solo entonces adquiere el titulo de gobierno soberano.

Eso es lo que debemos entender por soberanía.