Por: Julio Torres
Cuatro son los principios establecidos para definir, que se debe hacer para que la libertad de enseñanza, se convierta en una realidad para beneficio de la sociedad.
Primero.- El derecho de cada hombre o mujer a erigirse en maestro de la ciencia o arte que posea, y reunir discípulos por su cuenta.
Segundo.-El de abrir escuelas primarias o secundarias de igual modo.
Tercero.-El de elegir los textos y seguir los métodos que considere mejores para los ramos a que dedique sus tareas.
Cuarto.-El de asociarse con otros para establecer colegios, universidades e institutos, en que se expliquen todos los conocimientos humanos, sin más garantía que verídicos y atestados de su honradez y buena conducta.
Como es un hecho demostrado que la ciencia y la educación en manos de los gobiernos en el pasado, solo ha servido para extraviar la razón, corromper las costumbres y explotar las masas.
La libertad de enseñanza que proclamamos, dará a todos el derecho a descubrir los errores que propagan y fomentan, convencen al mundo entero de que la ciencia en poder de la autoridad, es la muerte real.
Una muerte real que obliga a perder la dignidad e impide las mejoras, y afirman que solo así se fomentan las buenas costumbres cuando se enseña y se aprende igual en todo el estado.
El gobierno no debe intervenir directa ni indirectamente, en los establecimientos de educación superior pública o privada, porque será el modo seguro de pervertirlas.
El deber del gobierno es vigilar para que cada uno goce de la plenitud de sus derechos, porque cuando se erige en protector es para coartarlos y con su previsión sagaz que envilece y esclaviza a sus habitantes.
Los municipios son los responsables de la educación pública, que la comunidad paga y a la que representa, los que deben exigir garantías a los que las dirijan y arbitrar los medios de propaganda.
Nada influye tanto en la nación como la enseñanza primaria y secundaria, confiar en el poder que tiene interés de hacerlo, es condenarse voluntariamente a la explotación.
No hay gobierno que no trate de dirigir la educación según sus miras, como el más liberal y sabio de todos, es la palabra del adelanto del país y no su credo, aquella seguirá en el estado quieto y no podrá haber progreso.
Los hombres elegidos por su localidad para formar su ayuntamiento, caminarán con las escuelas comunales, pero no con las privadas.
Con la libertad de enseñanza todos se esmeran en sobresalir, mejorando los métodos de conocimiento, se educa recíprocamente, aprenden a educar a los otros y a ser libres.
La libertad es cosa que llega, y se impone por si misma en una asociación progresiva, la salud en las naciones adultas, si no se presenta espontáneamente, la educación la engendra porque es su legítima heredera.
La ciencia y educación en manos de los gobiernos ha servido para corromper las costumbres abriendo el campo a los astutos y los ambiciosos con la intolerancia, la superstición y el fanatismo.
La libertad de enseñanza, uno más de los temas que la masonería utiliza para buscar la verdad en bien de la humanidad
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