miércoles, 20 de abril de 2011

Masonería y fuerza, belleza y candor

Por: Julio Torres

Fuerza, belleza y candor, es quizás la combinación de tres palabras que de entrada, se encuentra todo candidato que ingresa a la masonería para desmenuzar en su estudio.

Debemos entender que la masonería es como una mesa de manjares colocados en una rica mesa de conocimientos que se colocan a disposición de todos para que cada quien tome lo que le apetezca.

Nada existe que se  desconozca, lo que pasa es que el objetivo de cada tarea siempre esta dirigida en una sola dirección, que el masón encuentre la forma primero, de conocerse a si mismo.

La fuerza, se refiere a la voluntad, como si se tratara de sinónimos, significa que todo masón debe imprimir esa fuerza con una voluntad férrea para buscar sus objetivos, sin pensar en la abdicación.

La belleza, significa que toda acción que emprenda el masón para encontrar el yo interno, que va a mostrar en su mudo profano, debe estar impregnado del respeto, prudencia y tolerancia necesarios para el logro de su objetivo personal.

El candor, como sinónimo de edad, pues solo cuando se es joven se perdona el error, se perdona la equivocación, pero en masonería significa que mediante el error el aprendizaje casi esta garantizado.

No tengo noticias de que algún ser humano haya aprendido de sus triunfos, es el error lo que enseña, es el error lo que duele, por eso se recomienda el estudio con candor.

El candor se concibe en la niñez y en la juventud, pero como dice la cultura popular, solo a los niños y a los jóvenes se les perdona todo error y toda equivocación siempre que no lesione a terceros.

Podemos imaginar que el masón cuando se inicia, pareciera un niño, y que mejor que hacer una comparación con un niño de tres años que todo pregunta y todo cuestiona.

Un niño de tres años manifiesta de manera espontanea la duda que le causa cada fenómeno meteorológico por simple que parezca, como el día o la noche.

Pero la belleza que imprime mi nieto de tres años cuando cuestiona por que se hace la noche, me hace recordar a los aprendices de masón cuando me preguntan porque se usan los protocolos de disciplina dentro de la logia.

La fuerza que imprime mi nieto cuando pregunta porque llueve, es muy semejante cuando el aprendiz cuestiona la obligación de saludar, sentarse, levantarse, pedir la palabra, en fin, a veces suele desesperarse, pero finalmente lo entiende.

Es por eso que la masonería pide tolerancia y amor a sus semejantes, porque solo así se puede practicar la filantropía, entendiendo que filantropía no es dar limosna o dar lo que nos sobra, yo entiendo como filantropía, el entregar lo que la vida me ha enseñado.

No debemos olvidar que solo estamos de paso por esta vida,  que nada nos llevamos cuando partimos,  los descubrimientos que logramos quedan flotando en el aire, para que los tomen nuestros sucesores, como propietarios legítimos de ellos.

Pide protección y socorro a todos nuestros semejantes en la medida de nuestras posibilidades, es decir, no se trata de protección y socorro económico o material, sino enseñando al que no sabe para que aprenda a valerse por si mismo.

De manera que cada actividad descrita, si se desarrolla con fuerza, belleza y candor, la probabilidad de éxito, esta asegurada.

3 comentarios:

AARONFOX dijo...

ES POR ELLO QUE NOS ENCONTRAMOS QUE EN ESTE GRADO PODEMOS COMPRENDER QUE SI ARREGLAMOS NUESTRAS ACCIONES CON ORDEN Y ARMONIA PODEMOS ALCANZAR LA SUMA PERFECCION Y ALCANZAREMOS EL BIEN. YA QUE SI ALTERAMOS SU DIMENSION NOS PUEDE SOBREVENIR EL MAL. DE LO CUAL SEREMOS LOS UNICOS RESPONSABLES.

AARONFOX dijo...

ES POR ELLO QUE NOS ENCONTRAMOS QUE EN ESTE GRADO PODEMOS COMPRENDER QUE SI ARREGLAMOS NUESTRAS ACCIONES CON ORDEN Y ARMONIA PODEMOS ALCANZAR LA SUMA PERFECCION Y ALCANZAREMOS EL BIEN. YA QUE SI ALTERAMOS SU DIMENSION NOS PUEDE SOBREVENIR EL MAL. DE LO CUAL SEREMOS LOS UNICOS RESPONSABLES.

Anónimo dijo...

No podemos alcanzar la perfección pero si la excelencia, estas son las cualidades que debemos tener para poder llegar a Or.•. La fuerza de voluntad, la belleza de nuestros trabajos reflejados por nuestros resultados (pulir nuestra columna) y el candor (pureza) de nuestras intenciones y pensamientos.