Por: Julio Torres
Vicio es algo muy atractivo para el ser humano, pero a la vez le resulta muy difícil aceptar que es presa de un vicio y eso es lo que complica tremendamente las cosas.
Hablar de vicio sabemos que no es fácil, pero encontré una definición que me parece la más acertada, se dice que vicio es el hábito de contentar nuestros deseos.
Este hábito pervierte y acarrea desesperación si no se satisface, por eso es que quien tiene un vicio, difícilmente aceptará que lo tiene, y eso es lo que provoca los peores problemas.
Uno de los vicios más cercanos indudablemente es el vicio del alcohol, y los niveles son variados, hay personas que en apariencia beben muy poco alcohol.
El argumento es que como solo beben cerveza, afirman que no es vicio porque la cerveza no contiene grandes cantidades de alcohol, y que además nunca pierden la memoria de lo que hicieron cuando estaban bebiendo.
Está demostrado que no es la cantidad de alcohol que se ingiere lo que determina el vicio, sino la manera en que se conduce quien acostumbra beber alcohol.
La opinión de un médico especialista en el tratamiento del alcoholismo primero define el concepto de locura y lo define solo como una exageración del comportamiento.
Por lo tanto, dice: que quien bebe, así sea solo una gota de alcohol, y su comportamiento es exagerado, lo más seguro es que los síntomas lo definan como vicioso del alcohol.
El médico diseña un cuestionario muy sencillo, que contiene un número de preguntas para determinar si al beber alcohol, la personalidad cambia de manera radical.
Esa radicalidad contiene los hechos de haber perdido la conciencia al beber alcohol durante la juventud, y si a raíz de ese acontecimiento ha perdido amistades o simplemente lo rechazan.
La lista de reactivos no es pequeña, de manera que quien da positivo en ese cuestionario, lo mejor será que acepte que posee un vicio, y en la medida que lo acepte, habrá esperanzas de controlarlo.
Será fácil imaginar lo que puede suceder si un vicio mayor nos tiene atrapados, y no hablo de drogas, hasta la manera de comer, la manera de leer, la manera de convivir, como ves los vicios son infinitos.
Es por eso que la masonería lo primero que pide a quien pretende ingresar a la orden, acepte excavar pozos sin fondo a los vicios para depositarlos hasta el fondo.
El masón debe reconocer si es presa de un vicio, y si de verdad es capaz de reconocerlo, entonces ya tiene la primera parte del compromiso que la masonería le pedirá.
Claro que muchas veces no es posible aceptar que se tiene un vicio, pues todos los vicios siempre se encuentran arraigados en el ser humanos por muchas razones.
Entonces, cambiamos el objetivo de la siguiente manera, pedimos al aprendiz, como se conoce a quien ingresa a la masonería, que construya esos pozos a los vicios, para que pueda controlarlos.
Muchas veces no es fácil erradicar un vicio que contenta nuestros deseos, entonces, solo trataremos de controlarlo, es decir, que no se convierta en una pasión.
Hablar de pasiones es otro de los enemigos a vencer, para lograr convertirnos en verdaderos hombres libres como lo propone la masonería.
Este asunto de las pasiones lo trataremos en un futuro próximo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario