Cuando tratamos de comprender algún
asunto del que no tenemos un gran conocimiento, buscamos confrontarlo con el
que consideramos su contrario, y pensamos que esa es la mejor forma de
encontrar respuestas satisfactorias.
El combate de la luz contra las tinieblas
suele ser similar al honor contra la perfidia, o a la verdad contra el error,
pero estas confrontaciones solo se pueden hacer efectivas cuando tenemos
suficiente energía, y estar resueltos a soportar cualquier situación con tal de
obtener el conocimiento.
Dar un paso en este sentido siempre trae
consecuencias tremendas, terribles y espantosas en las personas que muestran
debilidad, pero el ser humano que puede resistirlas y salir victorioso puede
decirse que ha aplicado un método adecuado.
Es claro que si se es débil, las
posibilidades de salir victorioso pueden ser nulas y entonces a temblar, si, a
temblar porque hay asuntos que no permiten debilidades, hay asuntos que
requieren de toda la fuerza y vigor que se tenga, y superar cualquier obstáculo.
Estar en medio de la lucha de la luz
contra las tinieblas equivale a estar en medio de la ignorancia y el fanatismo,
o estar en medio de los vicios y las pasiones porque en ambos casos, juegan con
nosotros lanzándonos de un lado a otro y siendo tan malos unos como otros.
Los vicios y las pasiones pueden ser tan
nocivos que difícilmente podemos ver donde comienza uno y donde termina el otro
o viceversa, tanto los vicios como las pasiones tienen su origen básicamente en
la ignorancia.
Si nosotros, no somos capaces de
controlar un vicio, es por que no tenemos la información necesaria que nos
permita erradicarlo, o por lo menos controlarlo, o no tenemos conciencia que
estamos ante un vicio, que lo justificamos como un gusto o un regocijo.
Controlar una pasión resulta igualmente
difícil, ya que se necesita en primer lugar aceptar que en verdad se trata de
una pasión, y luego tratar de controlarla, ya que erradicarla es más difícil
que un vicio, o tal vez sea igual de difícil.
Lo cruel es que existen enemigos ocultos
que son quienes actúan como detonadores y dan vida a vicios y pasiones, ellos
son los hipócritas y los fementidos junto con los fanáticos y los ambiciosos
que ignorantes o más o menos ilustrados especulan con la ignorancia y el
oscurantismo.
El menú de enemigos es copioso y
peligroso, pasiones, vicio, hipocresía, mentiras, ambición, ignorancia,
oscurantismo y solo contamos con el honor y la luz como herramientas que bien
utilizadas podemos hacer frente al menú de enemigos.
Sin embargo afirmo, solo el estudio es
capaz de hacer frente a esos enemigos, el estudio es lo que nos hace libres, el
estudio es el que examina las pasiones, el estudio, es el gallardete que
paraliza los vicios, esa es la causa por
la cual la masonería exige el estudio permanente.
Solo con el hábito del estudio, se
fabrica el mejor escudo que detiene los ataques hipócritas y fementidos, que
alimentan la perfidia y el erro
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