Tratar de comprender cómo nació el
zodiaco requiere impregnarse de la mentalidad del hombre de la antigüedad, que
consideraba la naturaleza, el cielo y la tierra como un gran libro abierto,
cuyos signos debía aprender a interpretar. El zodiaco es un círculo de 360
grados, compuesto de 12 sectores iguales de 30 grados cada uno denominado:
Casas de los 12 signos astrológicos.
Los hombres de la antigüedad imaginaron
un círculo ficticio de gran perfección colocado alrededor de la tierra o más
bien dicho, de este planeta tierra, de esa representación imaginaron la
colocación de los planetas, como podemos ver, nada es imposible en el ser
humano, hoy todo lo vemos con naturalidad impresionante gracias a la
tecnología, pero hace miles de años creo que nos cuesta trabajo imaginar todo
lo que hicieron y dejarlo como legado a las generaciones presentes.
Con el trabajo de nuestros antepasados
hoy comprendemos que cada signo del zodiaco, está situado dentro de uno de los
doce sectores señalados conforme a un orden cronológico, establecido por el
ritmo de las estaciones y por los ciclos del sol y de la luna, quienes
observaron y midieron esos movimientos repetitivos y relativamente inmutables
concluyeron con la creación del o los calendarios conocidos así como los
relojes del mundo antiguo.
El zodiaco es una tabla de coordenadas y
un instrumento de medidas de observación de los fenómenos celestes que
entendemos como naturaleza del planeta, luego agruparon sectores de tres en
tres hasta completar cuatro grupos que conocemos como las estaciones del año:
Primavera, verano otoño e invierno, de ese modo elaboraron un mapa celeste como
si fuera una fotografía actual.
El zodiaco entonces está formado por un
círculo perfecto de 360 grados que rodea
a la tierra y nos ofrece una visión panorámica del cielo, esto significa que
estudiaron el cielo visible y el que se encuentra en el hemisferio opuesto, hay
quien dice que el astrólogo actúa como si tuviera un sexto sentido, se sabe
inclusive que como un equipo, un astrólogo observaba el día y otro la noche y
de esa manera relacionaban sus descubrimientos.
Por otro lado se puede asegurar que el
zodiaco no existe ya que si levantamos la cabeza y miramos el cielo a cualquier
hora del día o de la noche, no veremos zodiaco alguno, pero con la tecnología
de este siglo observamos con mucha precisión el desplazamiento de los astros,
que maravilloso entonces ha sido el legado de nuestros antepasados en esta
materia con sus conocimientos “empíricos” pero bastante precisos de acuerdo con
los descubrimientos contemporáneos.
Astrólogos y astrónomos enfrentan a
menudo cierta controversia basados en la estructura misma del zodiaco por su
posible falta de rigor científico, cierto es que los astrónomos evitan dar
valor a los signos del zodiaco porque no están situados en un lugar preciso, de
hecho nada es inmutable bajo la bóveda celeste, el punto de partida del zodiaco
de la antigüedad ya no tiene correspondencia exacta con el día de hoy, existe
diferencia de algunos grados, sin embargo, ello no debe conducirnos a
replantear los fundamentos básicos del zodiaco ni el sistema astrológico creado
por nuestros predecesores.
Son muchos los datos que los antiguos
observadores nos han entregado como herencia de trabajo, por lo que resulta
conveniente adoptarlo como herramienta útil de observación sobre el
desplazamiento de los astros y averiguar su ubicación en un momento dado y a
pesar de las inseguridades, motivo de las controversias entre astrólogos y
astrónomos existen muchos datos, muchos fenómenos que los astrólogos han
descubierto y aunque la astrología dicen que no admite el método científico, me
propongo a partir de este reportaje enumerar y analizar una serie de fenómenos
astrológicos que mi sentido común impide ignorarlos.
En los próximos reportajes, espero me
siga ya que examinaremos juntos, las influencias significativas en el carácter y la manera de
conducirse en la vida de los personajes famosos y no tanto, que sirvan como
punto de referencia a la hora de socializar en todas las actividades de nuestra
vida cotidiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario