Por: Julio Torres. El masón es un maestro en el arte de imaginar vestido como mago, sabio o santo, distinto al masón que fabrica a cal y canto.
Se le conoce como maestro en el arte de imaginar porque para manifestar ese arte levanta a la verdad el templo de la sabiduría dentro de una logia que significa universo.
La palabra logia interpretada como universo fue tomada del antiguo sánscrito que define a la tierra como base, el cielo es el techo, el oriente es la luz, el occidente las tinieblas y la circunferencia es el horizonte ilimitado.
Se puede entender que el templo de la verdad es el universo, nada escapa a su escrutinio, y solo él posee la verdad total, el templo de Salomón es la mejor forma de representar al universo.
Tres masones son suficientes para practicar el arte de imaginar porque la imaginación es el principio de todo cuanto existe y pueda existir a futuro.
La realidad para que exista necesita primero ser imaginada, es decir, el ser humano primero imaginó poder volar y con el estudio y la práctica logró hacer realidad su sueño.
Los hombres más sabios fueron quienes establecieron que en el oriente es donde se encuentra la mayor luminosidad, el sol hace su aparición exactamente por ese lado.
Es por eso que el trono del jefe de la logia está colocado allí, en el oriente, porque como en esa parte del mundo inicia el sol su carrera para abrir el día, el jefe de la logia toma ese lugar para abrir los trabajos.
El jefe de la logia representa astronómicamente al sol y el maestro de ceremonias a la luna, el orador al planeta Mercurio y el secretario a Venus, el tesorero es Marte y el primero y segundo vigilante, Neptuno y júpiter.
Por ser maestros en el arte de imaginar, se piensa que la masonería es una religión, pero no es así, el masón respeta todas las creencias y no impone ninguna.
Nuestros juramentos o protestas las presentamos bajo nuestra palabra de honor, como lo previene nuestro rito, lo que sucede es que nuestro secreto es inviolable por su naturaleza.
Hoy se mantiene tan puro como cuando se encontraba en los templos de los antiguos masones, quien evade el estudio de cada uno de nuestros grados nunca comprenderá su oculto significado.
Quien se entrega al estudio y práctica el arte de imaginar comprenderá y dominará con su secreto la voluntad de los hombres y la esencia de las cosas para conseguir su objetivo.
Ese objetivo no es otra cosa que buscar su felicidad y la de sus semejantes, se le define como la iniciación a la dignidad y grandeza humana.
El método para conseguirlo es con el estudio de las ciencias morales e intelectuales, unido a la práctica de la virtud y de todo lo que es bueno y que es bello.
El arte de imaginar conduce a los masones a instruirse, amonestarse con suavidad, ceder con cordialidad, mandar sin aspereza, servirse en cuanto puedan, pues son hombres de bien.
Los masones utilizan el arte de imaginar, para luchar contra los malvados y reconocer a los enemigos naturales, los ignorantes, los hipócritas y los ambiciosos.
El arte de imaginar es tan importante en la vida como parte fundamental de la fisiología del ser humano.