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lunes, 16 de mayo de 2011

Masonería y por si acaso.

mejores hombres para cada actividad social

Por: Julio Torres

Acaso y destino son conceptos en los que el masón difícilmente va a creer, sin embargo es fundamental que tratemos el asunto desde varios puntos de vista para  conformar una opinión más concreta.

Proclamar a Dios y tratar de convencer de su existencia al que duda, puede ser principio de fanatismo, “por si acaso”, o “ese es el destino”, es por eso que el acaso y el destino, son asuntos  que resulta difícil creer en ellos así nada más.   

El siguiente ejemplo va a simplificar las cosas, negar a Dios es vanidad, orgullo o ignorancia, porque  vanidad es ciencia falsa, por desgracia la ignorancia se manifiesta cuando no se sabe distinguir la verdad en la astucia de quien la explota.

Todo se mueve, se agita y conserva un orden invariable, todo existe eternamente, y solo cambia de forma, desapareciendo y renaciendo, sin que se encuentre un átomo de más ni de menos al principio y al final.

Todo está balanceado y con infinita sabiduría en el reino orgánico e inorgánico, es el justo equilibrio en los elementos, imperando el orden en ese circulo sin fin que nace del caos.

El acaso, es la impotencia y el orden en el desorden, es el poder de Dios, no hay acaso en la creación, triste ceguera del ateo, que para no humillarse ante el gran arquitecto del universo que le formó, inventa como el salvaje, un duende.

Inventa un acaso para sustituir al gran arquitecto del universo, su mismo desvarío prueba la necesidad de la creencia en Dios, pues como Dios lo creó para que le conociera y amara, le otorgó el libre albedrío.

Ese libre albedrío no hace más que cambiar de objeto, y en lugar de remontarse a las regiones de lo sublime, su inteligencia le conduce al pensamiento sublime.

El hombre ha nacido para apreciar la creación y comprender la causa de las causas, y si no rinde homenaje al omnipotente, rendirá pleitesía a monstruos que le forja su fantasía, o se volverá misántropo y supersticioso.

La pregunta sería: ¿si no existe aquella inteligencia suma?, ¿de donde le ha venido el entendimiento? Si es el producto de los fenómenos naturales del universo, ¿cómo es que  domina la tierra, el agua, el aire y el fuego?

¿Cómo puede descubrir sus leyes y manejarlas a  voluntad?  La ciencia es la misión del hombre en la naturaleza, y Dios lo formó para que la estudiase.

La creación no tendría objeto si falta quien la admire y la comprenda, para eso fue creado el hombre, entonces, somos parte fundamental de esa creación y solo por ese hecho, la vida es lo más maravilloso que tenemos.

Esa es la causa por la cual nada debemos dejar al acaso y mucho menos al destino, uno y otro, el acaso y el destino, impide que el ser humano se manifieste como lo ha diseñado el gran arquitecto del universo, para la ejecución del proyecto divino.