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martes, 27 de diciembre de 2011

El gran enemigo


El ser humano siempre ha tenido un enemigo poderoso y cruel que conocemos como vicio, atrapa principalmente a la altura de la primera juventud y erradicarlo no siempre es exitoso.
La masonería se ocupa de este asunto desde el inicio de los estudios como objetivo fundamental, la literatura masónica de ello se encarga, con una serie de recomendaciones que son de gran utilidad en la búsqueda de la solución.
Inicialmente parece que el joven en su caminar por la vida, le convierte en un experimentador de todo, tal vez esa sea una de las causas por la que sin sentir, es atraído por parte o toda la gama de estupefacientes tan dañinos.
Es triste ver que una buena cantidad de jóvenes, inician su aventura en las drogas con la inhalación de solventes industriales, aseguran les produce un “bienestar” que les hace ver la vida distinta, que viendo la realidad.
Cuando ya la inhalación de solventes carece de novedad, buscan la manera de subir el siguiente escalón que puede ser el beber alcohol o fumar cigarros prohibidos, por encontrarse en costos fácilmente alcanzables.
Pero el vicio no solo es por los métodos descritos, existen vicios que parecieran no serlo, pues el leer por ejemplo, pudiera no reconocerse como vicio, sin embargo, se puede comparar con el vicio de comer de forma compulsiva.
La variedad de vicios es inmensa y reconocer qué es vicio y qué no lo es, no es cosa sencilla, es el momento de consultar o conocer lo que la masonería tiene previsto difundir entre sus agremiados, para solucionar la controversia.
Dormir mucho o dormir poco, comer mucho o poco, leer mucho o poco y así sucesivamente, podemos hacer una lista enorme sobre lo que calificamos como vicio, entonces, busquemos la mejor forma de definir este asunto.
Definimos como vicio el hábito de contentar nuestros deseos, entonces, suponemos que el joven que comienza inhalando solventes ha adquirido la manera de contentar sus deseos por medio del efecto que causa el solvente al inhalarlo.
Los deseos de leer y los otros descritos párrafos arriba, también cumplen con la misma necesidad, esto es, contentan de alguna manera a cada persona que gusta de esos otros hábitos que también contentan los deseos.
El problema comienza cuando los hábitos pervierten, y producen desesperación en caso de no satisfacerlos, y nace un nuevo problema que se agrega al conflicto provocado por los vicios, lleva por nombre “pasión”.
Así es, la pasión, como pareja inseparable del vicio, incrementa los problemas en los que se ve inmerso quien acude a buscar la manera de contentar sus deseos.
Vicios y pasiones, dos grandes enemigos del ser humano, es una de las primeras materias a cursar durante el inicio de los estudios masónicos, que trataré en futuras entregas.