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miércoles, 20 de junio de 2012

El masón corrige sus errores

filosofía,arte,ciencia,cultura

Por: Julio Torres.
Un error es una equivocación necesaria en el proceso de aprendizaje, por lo que es importante diferenciar lo que es una intención voluntaria de anular el aprendizaje, el reconocimiento de un error resulta ser la base que permite corregir los errores, el dominio de si mismo resulta entonces el mejor mecanismo que evita la frustración.
Lo anterior es solo el principio de la preparación del masón, es el camino hacia la búsqueda del yo,  difícil es reconocer como somos en verdad, diferenciar perfectamente entre lo que somos en realidad y lo que creemos que somos, ya que por herencia generacional sistemáticamente ocultamos lo que en verdad somos.
La educación tradicional en familia y después en la academia, nos indica que un error puede provocar el ridículo, censura o castigo con los consiguientes conflictos emocionales, físicos  o de cualquier tipo causados por las reglas sociales que son relativas y temporales, el autodominio se deriva del discernimiento de la verdad y el deseo de elevarse sobre lo relativo y lo temporal.
La gravedad de un error aumenta en proporción a nuestro sentido de la importancia propia, el concepto de consciencia se experimenta al transformar la vanidad en expresión de la personalidad propia, muy importante entonces es el privilegio de estar en lo correcto y con ello ganar el valor de estar equivocado con lo que se obtiene la experiencia.
Se dice que la perfección es un atributo divino, o sea, del gran arquitecto del universo, todo lo demás es aproximación a la perfección y podemos decir que la habilidad práctica es el arte adquirido al refinar lo aproximado que aumenta la armonía con lo perfecto.
El masón aprende a reconocer un error, que depende de percibir la diferencia que existe entre lo que es falso y lo que es verdadero acerca de la existencia, de lo que se desprende que corregir un error depende de estar dispuesto a que se manifieste lo verdadero.
El asunto es que el masón reconozca que todo lo que experimenta ahora, tanto agradable como desagradable, puede no ser reconocido de inmediato sino posteriormente, como un apoyo que permita alcanzar la meta en la vida.
En los sistemas convencionales de la sociedad como la conocemos, a menudo nos enseñan que errar es malo, inclusive una definición puede aparecer con la palabra error, es desviación de lo justo, de lo exacto, lo correcto o verdadero, lo mismo que un error en la acción, opinión o juicio es interpretado como error.
Desde los primeros años de vida, se nos enseña que las respuestas correctas son buenas y las incorrectas son malas, este concepto implica que siempre hay una respuesta correcta o cuando un niño pequeño aprende a no tocar la estufa o el horno caliente, indudablemente que se califica ausencia de error.
Desde otro punto de vista, el error es un paso que conduce hacia el éxito, al trabajo bien hecho, a los logros, a la verdad; alguien dijo hace muchos años: El hombre sabio corrige sus propios errores, observando los errores de los demás.
Todos podemos actuar con nuestros propios errores y con nuestros propios pasos hacia el éxito, podemos imaginar que alguien debe abordar un avión pero no calcula el tiempo suficiente que le permita llegar a tiempo al aeropuerto, de manera que pierde el vuelo, si la persona es sensata la próxima vez planeará llegar con tiempo suficiente.
Un pensador como lo fue Petrarca dijo: Los grandes errores muy raramente se originan, a no ser en las grandes mentes.