Por Julio torres.
Vernos al espejo Parece la cosa más
simple y sin embargo le puedo asegurar que es el evento más difícil que todo
ser humano enfrenta y no siempre con la fortaleza necesaria, lo conflictivo de
la situación de verse al espejo es: Si somos capaces de ver una realidad, en la
imagen que se refleja o vemos nuestra realidad sin atrevernos a aceptarla del
todo.
Siempre pensamos que somos “el mejor
padre” o “el mejor esposo” o el mejor en cualquier papel que representamos en
nuestro entorno social, sin embargo, el espejo nos va a decir la verdad, o nos
va a decir lo que queremos escuchar, como lo hacía el espejo de la madrastra de
Blanca Nieves.
Aceptar lo que en realidad vemos al
espejo es muy difícil, a veces aseguramos que poseemos los ojos más bonitos de
la familia o que nuestra imagen es la mejor de nuestro medio social y la
realidad es solo una, que el espejito nos presenta una realidad que no
conocemos o mejor dicho, una realidad que no estamos dispuestos a aceptar
totalmente.
Este experimento es muy difícil de
valorar en todo lo que vale, aceptarnos como somos en verdad es tal vez el paso
más complicado que la vida nos tiene reservado, y se debe a una situación muy
simple, desde que nacemos, nuestros padres graban en nuestra mente lo que
consideran que es lo mejor para nosotros, sin detenerse a pensar que lo más
importante es que nos enseñen a ser libres, a decidir nuestro futuro, dentro de
un marco legal bien definido.
Me atrevo a decir que ese es el principio
de todos los males sociales que nos contaminan a lo largo de la vida, causados
tal vez por ignorancia, de manera que me atrevo a sugerir que una buena
práctica sería tratar de vernos al espejo dispuestos a descubrir que es en
realidad lo que nos dice y no caer en el error de la madrastra de Blanca Nieves
al consultar sobre su hermosura al espejo.
Muchas disciplinas recomiendan que el
principio de solución en conflictos de identidad, es la aceptación terminante
de la realidad que nos proyecta ese espejo, aceptar que el tiempo es el tiempo
y que todo lo cambia, nunca antes me había dado cuenta que comienzan a aparecer
arrugas en la piel y que el pelo ha cambiado de color.
Los años parecen acumularse a gran
velocidad sin darnos cuenta y hasta nos invade un sentimiento de preocupación,
el reto es entonces, tratar de aceptar lo que ese espejo nos entrega, ese
espejo que nos dice la verdad porque es incapaz de engañarnos, ese espejo que
con su mensaje fulminante nos invita a reconocer y aceptar nuestra verdad.
Alguien dijo que la verdad nos hace
libres, pues entonces, a disfrutar esa libertad y una vez que revisamos esa
verdad que el espejo nos entrega, habremos de dar el primer paso hacia la
verdadera felicidad que la vida nos tiene reservada, con el fin de invitarnos a
disfrutar los años venideros con dignidad y valor.
Cuando pude descubrir en el espejo mi
verdad, puedo asegurar que encontré la felicidad, me apena reconocer que estaba
muy equivocado en mi pensamiento, no tenía ni la menor idea de mi personalidad,
hoy día considero que se exactamente como soy y lo acepto de mil amores porque
hoy soy feliz, mañana no lo se, el espejo me responderá.
Cada día, por la mañana sugiero verse al
“espejito” y preguntar quien soy en verdad y le aseguro que encontrará la mejor
respuesta, no tenga miedo, vale la pena vernos a diario, se llevará grandes
sorpresas, espero lo practique, y muy pronto exclamará: “¿Ese soy yo?”. Ese es
usted se lo aseguro.