Por: Julio Torres:
Cuando algún familiar cercano o un amigo
muere de cualquier manera, no es necesario que sea trágicamente, siempre llega
a nosotros una especie de pregunta: ¿Qué hace que una persona tenga vida o no
la tenga? Y un comentario común parece ser que al ver el cadáver de alguien
conocido hasta parece que esperamos que de momento comience a hablar.
Me propongo en este artículo buscar esa
diferencia desde el punto de vista empírico, pero con algunos soportes
científicos y parapsicológicos, para ello sugiero que imaginemos dos columnas,
una titulada “material” y la otra “inmaterial” y que esto nos permita encontrar
diferencias adecuadas que nos induzcan a respuestas creíbles.
Supongamos que frente a nosotros están
dos camas, en una vemos acostado a un
hombre de unos 30 años, tés blanca y vestido normalmente como cuando duerme y
en efecto, parece que está dormido, y en la otra cama se encuentra otro hombre
de las mismas características y vestido igual que el anterior que también
parece estar dormido.
Nos acercamos a ambos cuerpos, con la
condición de mantener una mente totalmente receptiva por los datos que vamos a
encontrar, ahora examinaremos con mucho cuidado las diferencias que presente
cada uno de los cuerpos que en apariencia es idéntica y vestidos de la misma
forma.
Los dos efectivamente parecen dormidos,
aunque uno de ellos está ligeramente
pálido y con temperatura baja, le falta color a la piel con respecto al otro,
si nos acercamos más, notaremos que uno
de ellos, el de la izquierda, parece irradiar una energía, una fuerza o poder,
un algo que no se aprecia en el de la derecha, aunque pequeña, es notoria la
diferencia.
Una vez encontrada una diferencia,
debemos anotarla de manera exacta y así nuestro análisis será preciso,
entonces, en la columna de la izquierda anotaremos esa fuerza radiante y en la
columna de la derecha, la ausencia de esa fuerza.
Si tratáramos de hacer un estudio
minucioso de cada cuerpo, seguramente no encontraríamos diferencias, pues los
órganos presentarían el mismo aspecto, pero al llegar al corazón veríamos que
el de la izquierda posee un movimiento rítmico y el de la derecha no tiene
movimiento, lo mismo ocurriría si pudiéramos ver los pulmones de ambos.
Extraer muestras de sangre de ambos
cuerpos, puede ser la prueba definitiva, en primera instancia la sangre de
ambos parece igual, no se encuentra diferencia, pero al analizar esas muestras
de sangre con un poderoso microscopio, encontraremos que la del hombre de la
izquierda contiene una mancha o punto en el centro de cada célula sanguínea,
que parece vibrar o temblar.
En la columna “inmaterial” anotaremos que
esa actividad o temblor, esa vibración es algo de naturaleza inmaterial pues no
vemos la energía o poder que causa el temblor o la vibración aunque si vemos su
efecto en la célula del hombre de la izquierda y eso es algo que no encontramos
en el cuerpo de la derecha, ahora podemos decir que el de la izquierda está
vivo y el de la derecha no lo está.
Pero hagamos otra prueba para estar
seguros, utilicemos una aguja, no para producir daño, simplemente para llevar a
cabo la conclusión de este examen, primero tocaremos con la aguja al hombre de
la izquierda sin lastimarlo y notaremos que la carne responde con rapidez
manifestando contracción o temblor, el de la derecha no responde a ningún
estímulo.
Nosotros no podemos ver ni sentir que
poder o energía es el que así se manifiesta, por lo que llegamos a la
conclusión de que se trata de algo inmaterial a nuestra observación, usando la
aguja en varias partes del cuerpo, notaremos que esta presente la misma
condición hasta que despertamos a ese cuerpo de la izquierda.
La gran sorpresa es que ese cuerpo por si
solo se levanta, camina y si esos cuerpos pesan unos 80 kilos, no entendemos
como es que esa diminuta vibración en cada célula sanguínea es capaz de mover
esa masa de 80 kilos casi sin esfuerzo, en el otro cuerpo no existe ninguna
reacción y para levantarlo recurrimos a varias personas o a una máquina que
pueda levantar esos 80 kilos, desde luego que esto es motivo de una ampliación
de tema que abordaremos en un futuro, hasta entonces.