Por: Julio Torres.
Desde la infancia cuando percibimos las
primeras impresiones, la información ha ido archivada en nuestra memoria y allí
permanece con las imágenes más bellas y las palabras exactas, se ha probado
muchas veces que esto que digo es cierto, pueden preguntar a cualquier mamá lo
que platican con su bebe y después de años hacen una retrospectiva y el
resultado es sorprendente.
La recomendación es que se elija a una
mamá que haya sido lo suficientemente amorosa y tierna y que haya tratado a su
bebe con todo el amor y con toda la ternura de que haya sido capaz y a los
cinco años o más, trate de recordar dialogando con el ahora niño, en los temas
vividos a su tierna edad, verá como el resultado arroja la información de esa
ternura y ese amor casi como el haberlo escuchado ayer.
Hace mucho tiempo se realizó un
experimento en el cual una mamá, diariamente le leía en voz alta a su bebé un
drama griego, a los quince meses de edad, cuando el niño llegó a los ocho años,
se le hizo aprender esos pasajes junto con otros nuevos de material similar, el
resultado fue sorprendente, se descubrió que reaprendió con mayor rapidez,
gracias a lo que su memoria tenía almacenado desde su tierna edad.
Un experimento personal puede ser que
tratemos de recordar con cierta claridad algún hecho que se encuentre guardado
en nuestra memoria y como lo dije en un artículo anterior, no dude que se van a
agolpar infinidad de recuerdos, entonces, trataremos de seleccionar uno de
ellos y veremos que el resultado va a ser sorprendente, parecerá que se trata
de un evento reciente.
La facultad de nuestra conciencia llamada
memoria, ha sido un tema que los científicos y los psicólogos han investigado y
estudiado exhaustivamente, algunos han presentado teorías como esta: Cada
pensamiento en el cual nos concentramos durante unos momentos, produce una
impresión en las neuronas del área del cerebro donde se encuentra localizada la
memoria.
Una lesión en esa área, destruye las
células y la persona pierde la memoria, la constante concentración en
determinado tema alimenta las células correspondientes a él, las hace más
fuertes y les proporciona una vida más larga, las células de la memoria que no
son nutridas o fortalecidas por la concentración ocasional, pronto se debilitan
y dejan de funcionar, así que la información que contenían es olvidada.
Lo anterior es una explicación bastante
original y puramente teórica en función de la memoria y que no puede ser
probada, no sabemos en realidad que es exactamente la memoria, o por lo menos
no me satisface plenamente, debe haber mucho más que tal vez algún día se
descubra.
La pregunta sería: ¿Cuál es con exactitud
la naturaleza de la energía que nos permite producir varios sonidos cuando
hablamos, pero el hecho de que no sepamos lo que es, no significa que
desconocemos lo que no es, porque ciertamente esa energía no es vapor ni fuerza
explosiva o atómica, parece que no es algo material en ningún sentido.
Me temo que san Agustín descubrió hace
muchos siglos una respuesta a la interrogante que presento en el párrafo
anterior, él dice: “llegaré a los extensos campos y a los espaciosos palacios
de mi memoria, donde se encuentran guardados los tesoros de innumerables
imágenes producidas por todo tipo de cosas percibidas por los sentidos.
San Agustín: Filósofo, teólogo y místico,
uno de los grandes pensadores de todas las épocas en su obra: Confesiones,
finca las bases que tratan acerca de la memoria como parte de lo que conocemos
como consciencia, creo que es un excelente punto de partida hacia la
comprensión de eso que bien podemos definir como el archivo personal llamado
memoria o comparativamente con el disco duro de las computadoras de nuestro
tiempo.
En nuestra próxima reunión, quiero
ampliar lo que entendí sobre las funciones de la mente objetiva y la
subconsciente y los deberes de cada uno de los sentidos que finalmente todo
ello es parte de la consciencia, que es uno de los atributos importantes con
los que nos dotaron desde el principio de esta vida, no quiero despedir este
artículo sin una moraleja, lo importante que es una vida amorosa y tierna de un
bebe que esculpirá una gran obra de arte, hasta entonces.