domingo, 16 de enero de 2011

Masonería y los números

Por: Julio Torres

La imaginación en el ser humano logró personificar la abstracción que significan los números, convirtiendo en realidades todo aquello que solo estaba en su mente.

Durante su vida, el ser humano enfrenta situaciones simples y complejas que solo ha podido resolver por medio del manejo de los números.

 Aprendió a medir el tiempo, el espacio y todo aquello relacionado con su vida cotidiana, hasta llegar a la tecnología que hoy disfruta.

 La unidad no se consideraba matemáticamente como número, porque se decía que no tenía partes, que era la raíz y generadora de ellos, por eso es que se convirtió en mito o misterio de dios

El número dos reasumió las ideas del bien y del mal, de las dos naturalezas, la divina y la humana o de la luz del día y de la lámpara de noche.

Del número tres se dijo que expresaba la armonía entre la materia, el hombre y la creación y se le ponderó además porque multiplicado por si mismo resulta el nueve.

El número cuatro con sus dos pares comienza a buscar la equidad, es posible que con los conocimientos actuales se entienda mejor el equilibrio de la naturaleza.

El cinco que reune al dos o primer par y el primer impar o sea el tres, fue emblema del matrimonio, el número favorito de Juno, madre de los dioses y que engloba a los cinco sentidos de la inteligencia para conducirnos como verdaderos hombres.

El número siete ha sido tan venerado porque era el número de los planetas que se conocían y que presidieron a los días de la semana.

El sol regía el domingo, la luna el lunes, Marte al martes, Mercurio al miércoles, Júpiter al jueves, Venus al viernes y Saturno al sábado.

El número nueve fue el más preciado de todos, por ser hijo del ternario, ya que multiplicado por tres, el resultado es veintisiete y los dos números, el dos y el siete al sumarlos producen el nueve.

La cifra veintisiete multiplicado por tres, resulta el ochenta y uno que sumados, el ocho y el uno el resultado vuelve a ser el nueve.

 Lo anterior, los cabalistas lo interpretaban como virtud maravillosa, es por eso que el número nueve se califica como el número perfecto.

Como dato curioso, recordemos que el Dante estableció nueve círculos para el infierno, nueve zonas al purgatorio y nueve esferas al paraíso,

El mundo que nos rodea y la serie de conocimientos adquiridos a través del tiempo ha despejado muchas dudas por medio de la ciencia y la virtud.

Como dice el título del tema, “masonería y los números”, masonería es el  ejemplo que dejó Pitágoras con su escuela.

 El quería la educación del pueblo, y se negaba a confiarla a los inexpertos, haciendo  marchar juntos el progreso físico, moral e intelectual.

¿Cuándo entonces, comenzó la masonería? Esa sería la pregunta obligada, y la respuesta solo es una, desde que  dos hombres de ciencia y virtud se reunieron para ilustrar a los demás, eso es masonería.

Es muy importante entender que no existe tema o asunto que  la masonería ignore, todo, absolutamente todo lo que a la humanidad concierne, es tema de análisis para la masonería.

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