Por: Julio Torres
La familia es la célula fundamental de la sociedad, muchos de los problemas sociales que se padecen en el mundo entero, nacen precisamente en el seno familiar.
L a masonería, atenta al estudio de las formas para conseguir el bienestar social, estudia y se preocupa por encontrar los caminos benéficos, para el mejor desarrollo social.
Como familia, cada logia exalta los valores de fe, esperanza y caridad, así como el manejo prudente de cada asunto, sin olvidar los valores como la fidelidad, confianza y más.
Es por eso que como divisa fundamental, la masonería primero se preocupa por la verdad, esa verdad que hace libre a las personas, cualquiera que sea su creencia o religiosidad.
La masonería no impone lineamientos que pueden fanatizar a sus integrantes, pues el fanatismo es el primer paso para entregarse a merced de los ambiciosos.
La certeza y veracidad en todo lo que ocurre en una familia, cuando es manejada de manera adecuada, hace que ese funcionamiento entregue buenos ciudadanos.
Cuando se manejan verdades a medias o verdades tendenciosas, generalmente sus integrantes, se verán involucrados en situaciones conflictivas.
La disciplina que se aplica en las reuniones de trabajo en toda logia, gira en torno de una mecánica establecida desde hace milenios, y que es tan actual que nada se puede cambiar.
Tal disciplina se ajusta perfectamente para toda familia, que cuando se conduce de acuerdo a esos protocolos, dan certeza a lo que ahí se discute.
La amenaza de sucumbir a cualquiera de los vicios es cosa cotidiana, pues la distancia entre lo bueno y lo malo es tan corta, como la distancia que existe en un tablero de ajedrez, entre sus cuadros negros y blancos.
Tal vez el bien y el mal solo sea cuestión de apreciación, donde comienza uno termina el otro y eso es lo que hace difícil de comprender, o lo que obliga a cruzar esa línea de manera involuntaria.
Es entonces cuando las pasiones encuentran terreno fértil, para convertir a cualquier persona en un paquete de obsesiones, que lo hará presa de cualquiera de los vicios.
De tal manera que los vicios y las pasiones, se convierten en el primer enemigo a vencer por medio del estudio masónico, pero siempre a favor de la humanidad.
Vale la pena mencionar, que cuando los vicios y las pasiones ocupan el primer lugar en el comportamiento de los seres humanos, de manera automática se convierten en presa fácil de los ambiciosos, y de los hipócritas que acumulan mentes ignorantes.
La masonería se preocupa por los valores, pero los valores familiares, que es donde germina la buena semilla, pero también existe el peligro de la mala semilla, que engendra la descomposición social, que tanto se padece en estos tiempos.
Confianza, respeto, cariño, amor, protección, educación, valores, y tantos otros conceptos que podemos enumerar se engloban en la base de fe en la familia y en todo lo que a ella se refiera, con la esperanza de realizar las mejores empresas, por amor a la humanidad.
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