Por: Julio Torres
Con prudencia, pero con el debido sigilo, es como se puede garantizar que los mecanismos servirán para controlar los vicios y las pasiones, como objetivo fundamental de la masonería.
Los vicios son enemigos fundamentales de todo ser humano, ya que es el modo de contentar nuestros deseos, es el hábito que pervierte y provoca la desesperación, si no se satisfacen.
Lo mismo ocurre con las pasiones, tanto o más perversas que los vicios, ya que cualquiera que sea la manifestación de un comportamiento apasionado, va a reducir al ser humano a la dependencia total.
Nefasto o cruel uno u otro, un vicio o una pasión, dañan de manera fulminante a todo aquel que resulta aprisionado en esas trampas, pero sí hay manera de dominarlos.
Por lo que al masón se le pide que trate de ser virtuoso, que muestre un deseo de en verdad tratar de vencer dichas pasiones, para que se le pueda calificar de virtuoso.
Para lograr ser virtuoso, es necesario que exista una lucha constante, pero cuidando de no confundirse jamás con la honradez, la benevolencia ni la beneficencia.
De manera general la honradez la encontramos en los apáticos, y lamentable es que se confunda en la manera de interpretar esa actitud, para lograr un atributo como el ser honrado.
La benevolencia resulta mas triste, porque en términos generales se encuentra en los débiles, es decir, en todas aquellas personas que sufren para tomar una decisión para cada caso.
La beneficencia es mas critica, porque resulta fácil que se identifique con el vicio, si no se conoce la forma de controlarla, de manera que esto nos invita a una reflexión.
No existe apático, débil o vicioso que llegue a ser virtuoso, como si fuera un estigma, es por eso que se exige la prudencia, como herramienta necesaria para superar los obstáculos que debe salvar todo masón.
La prudencia ayuda a manejar las estrategias adecuadas, para mantener en secreto lo que debe estar en secreto, lo que se indica dentro de los trabajos regulares, donde se exige secrecía.
Muchos son los asuntos que se transmiten de boca a oído, que desde luego va a resultar difícil que un profano pueda tener acceso a los asuntos secretos, salvo que se le indiquen con los mecanismos practicados desde hace miles de años.
Desde luego que muchas veces, alguien trata de revelar los secretos que se le indican dentro de logia, sin embargo, para digerir esos secretos se hace necesario seguir los protocolos indicados para cada caso, y eso es lo que impide romper dicho secreto.
Se han dado casos en los que muchos iniciados, han tratado de divulgar los supuestos “secretos,” olvidando lo que prometieron y juraron no divulgar.
Pero la mecánica es tan precisa, que la empresa de divulgación, resulta casi imposible, y mucho más por la estructura, que obliga a escalar cada uno de los grados, y para entonces ese masón ya aprendió a guardar esos secretos.
Espero que este asunto de la prudencia, tan sencillo de entender, pero tan importante no solo en los trabajos masónicos, afirmo que resultan sumamente importantes para la vida diaria.
Invito a tratar de manejar la prudencia como manejamos el beber agua todos los días, le aseguro que se va a sentir libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario