Un
cargo fundamental en toda logia es el orador, pues además de poseer una
excelente oratoria, debe mostrar un conocimiento exacto y preciso de las leyes
masónicas.
El
cargo es uno de los más importantes, es el único elemento con poder amplio para
suspender una reunión cuando lo que se esta analizando no se ajusta a las leyes
y reglamentos.
Aceptar
el cargo de orador implica un gran manejo de las leyes y reglamento pero con
habilidad para juzgar, por lo que debe saber aplicar la prudencia en cada caso.
Debe
dar fe de los documentos recibidos en la secretaría, de tal suerte que se
convierte en un filtro natural de todo cuanto se recibe o se envía dentro y
fuera de logia.
La
importancia del cargo exige que sea cubierto por un maestro masón experimentado
y de trayectoria impecable, con habilidad de tolerancia y prudencia necesarias.
Será
también el encargado de calificar los trabajos, es decir, que estos se hayan
conducido de acuerdo a los usos y costumbres y apegados a las leyes y
reglamentos.
Puede
emitir sus puntos de vista sobre el tema que se haya elegido para su análisis
en la reunión, pero ese comentario no lo debe hacer apoyado con la investidura
de orador.
Emitir
su punto de vista dentro de los trabajos puede hacerlo con el protocolo que
sigue cualquiera de los integrantes que solicite la palabra, hacerlo de otro
modo, corre el riesgo de inclinar la balanza con ventaja.
El
orador cuando emite un comentario a los temas tratados, es uno más entre sus
iguales, como lo es el jefe del taller masónico, todos tienen derecho a emitir
su punto de vista con absoluta libertad.
Es por
eso que sin importar la investidura de los dignatarios, los trabajos son
libres, pero dentro de los límites de las leyes y los usos y costumbres.
Al
final de la reunión el orador revisará lo acontecido en cada momento y
calificará los trabajos como lo considere de acurdo a los protocolos y
entregará dichos trabajos al jefe de la logia para que los clausure cuando lo
crea prudente.
El
orador es quien hará uso de los tres elementos fundamentales que componen toda
oratoria como lo son la gramática, la retórica y la lógica, pues solo con el
buen manejo de esos elementos el mensaje llegará a su destino.
Es
claro que para manejar a la perfección esos tres elementos va a ser muy
importante que exista un excelente dominio de la aritmética, la geometría, la
música y la astronomía.
Cuatro
conocimientos fundamentales que encierran toda la sabiduría universal que
nuestros antepasados han dejado como herencia para la evolución del ser humano.
Junto
con la gramática, retórica y lógica cierran el círculo perfecto para conseguir
una buena oratoria y habilitar a un excelente dignatario por el bien de la
masonería y de la humanidad en general.