lunes, 2 de mayo de 2011

Masonería y los templos

mejores hombres para cada actividad social

Por: Julio Torres

Hombres libres y de buenas costumbres son los masones que utilizan templos para sus reuniones, lo cual provoca el desconcierto en las personas ajenas a la orden, pero, comencemos por definir que es un templo.

 El templo. Término que procede del latín, templum, se utiliza para designar un edificio sagrado. En su origen, designaba la zona del cielo que el augur, utilizaba para contemplar qué aves la atravesaban y en qué sentido, estableciendo así los augurios.

El templo es, junto con la tumba, el tipo de edificio más importante de la arquitectura egipcia. Los templos más antiguos fueron de madera o zarzo y consistían meramente en altares que contenían los símbolos del dios.

 En el Imperio Antiguo se construyeron de piedra, aunque sobrios y simples. En el Imperio Nuevo, los templos llegaron a ser más complicados, debido a que los sucesivos reyes iban añadiendo estancias a los ya edificados.

 Edificaciones en forma de grandes pirámides con pequeños edificios en su parte superior donde los mayas alojaban las imágenes de los dioses. Dentro de estas pirámides se construían, a veces, las tumbas de los reyes.

Los templos masónicos no son muy distintos, máxime que el estilo de su construcción toma como base la estructura del templo de Salomón que describe el libro de los reyes en la biblia.

De forma rectangular y los lados menores ocupan el oriente y el poniente, por lo tanto, los lados de mayor tamaño se denominan norte y sur, completando así el punto geométrico.

Al oriente se encuentran los tronos de los dignatarios principales que junto con los que vigilan el norte y el sur, se conforma el gobierno de la logia que dirige los trabajos.

La decoración es muy particular, el lado norte y el lado sur están sostenidos por 12 columnas y cada una de ellas representa uno de los signos del zodíaco, comenzando con la columna de Aries o el carnero.

Hasta terminar con la columna Piscis frente a la de Aries y aunque no existe un comprobante del tipo de columna conforme a los cánones de la arquitectura, no se ven mal si son dóricas, jónicas o corintias.

El techo del templo es una representación de la bóveda celeste, en nuestro caso es una copia del hemisferio norte y al centro, un disco que contiene los símbolos del zodíaco.

Bajo ese disco se coloca una pirámide trunca que sostiene en la superficie un libro con los símbolos de la masonería como son la escuadra y el compás, sobre un cojín carmín y una espada flamígera.

Una parte del piso está conformada por cuadros blancos y negros como si se tratara de un tablero de ajedrez, y a los lados se encuentran asientos suficientes para los asistentes.

Los lugares que ocuparán en las reuniones estarán sujetos a sus grados y jerarquías, y al final del segundo tercio del templo están colocadas dos columnas que ostentan las letras B y J.

También estas columnas pueden ser dóricas y en su capitel sostienen un globo terráqueo y la otra un globo celeste adornadas con redes que sostienen granadas y lirios.

Lo anterior es solo la mitad quizás, de todas las alegorías que contiene un templo masónico y se justifica el término “templo” porque los trabajos se realizan a la gloria del gran arquitecto del universo, para nosotros, el equivalente a Dios.

En un próximo reportaje, describiré el resto de las alegorías que no son otra cosa que símbolos, de lo que se desprende la razón de llamar a las logias con el calificativo de respetable logia simbólica.

Es por medio de esos símbolos que el masón se conocerá a sí mismo. 

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