Por: Julio Torres
Las triadas no es otra cosa que descubrir la manera como el universo fue creado y estabilizado por medio de conceptos en triángulos, en grupos de tres, o en tercios, pero vean de que se trata.
A grandes rasgos, la vida se divide en tres grandes etapas: la niñez, juventud y vejez, cada una de ellas con sus propias virtudes y sus consecuencias que animan a la vida.
El niño de tres años, nos mueve con solo preguntar o manifestar el paquete de dudas que le ha sido entregado al nacer.
La segunda edad que es la edad productiva, que abarca todo el tiempo que el ser humano es capaz de producir y cimentar lo que servirá para las generaciones futuras.
Y la tercera edad, con el paquete de experiencia acumulado, contribuirá asesorando en todos los asuntos a favor de la comunidad, de ahí el concepto “senador”.
La idea de generación es un ejemplo magnifico para describir la triada que estipula la unión del hombre y la mujer para procrear la descendencia que preservará la especie.
La forma de transportarse en el aire y en el mar, implica trazar un triángulo, de acuerdo a las cartas de navegación para llegar a puerto seguro.
La masonería ha tomado este principio para otorgar los grados del simbolismo, que se definen como aprendiz, compañero y maestro, con sus tres niveles de enseñanza aprendizaje.
Tres también son los niveles de educación académica necesarios para definir una profesión, sin ellos resulta difícil tomar la decisión adecuada para triunfar en la vida.
Ese triunfo al que me refiero no es solo el hecho de acumular capital, más bien se trata de encontrar aquella ocupación que nos proporcione una felicidad mientras se desarrolla el trabajo.
Es indudable que la felicidad solo se encuentra cuando realizamos tareas que nos son agradables en todos aspectos, muchas veces he encontrado manejadores de taxis muy felices.
Es por eso que es muy importante que cada ser humano trate de encontrar cual es su lugar en este mundo, es necesario recordar que cada uno de nosotros tenemos un lugar en el engranaje social.
¿Tendrá algo que ver con las triadas aquello de que a la de tres comenzamos? O ¿las tres velocidades del automóvil? Cuantos autores han diseñado “los tres alegres compadres”.
“Los tres mosqueteros” o “las tres divinas personas”, hasta parece automático que pensemos en grupos de tres y muchas veces contamos los escalones de una escalera cada tres escalones.
Es por eso que las tres primeras liturgias de la masonería son fundamentales para comprender que es lo que la orden pretende o busca para la formación del masón a través de la historia.
Es curioso que en el teatro desde la antigüedad se utilizaros tres actos y siguen vigentes, inclusive hasta la tercera llamada se levanta el telón, ¿será que estamos hechos en tres partes?
Los nueve meses de gestación es posible que estén relacionados con tres triadas, de tres meses cada una, o es que el punto real de equilibrio son los tres puntos.
Mucho es lo que queda en el tintero para reflexión, mucho es lo que el masón tiene por delante para descubrir y de esa forma encontrar los caminos que lo llevarán a conocerse a si mismo.
El conocerse a sí mismo es el primer objetivo masónico, eso le permitirá conocer a los demás y entonces, solo entonces podrá aspirar a entender al gran arquitecto del universo.
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