jueves, 1 de septiembre de 2011

El amargo de la vida

El amargo de la vida no es otra cosa que los sucesos que se van acumulando día a día y sobre todo, aquellos que simplemente son desagradables, es entonces que tratamos de preguntar ¿Porqué a mi?

Muchas veces nos enfrentamos a situaciones totalmente adversas y pareciera que nunca van a terminar, se tornan interminables y comenzamos a perder la calma, hasta que sentimos desfallecer y abdicamos.

Cuando se presenta frente a nosotros un evento que bien podemos calificarlo de agradable o dulce, resulta que nos encontramos agobiados con lo amargo que hemos estado sufriendo de manera involuntaria y sin saber exactamente porqué ocurre.

El evento dulce circula tan rápido que corremos el riesgo de no advertirlo, tal vez porque estamos distraídos o porque lo amargo nos ha dominado por completo y nos encontramos sin capacidad de percibir lo dulce.

Bajo estas circunstancias lo que conseguimos es magnificar lo amargo hasta calificarlo de eterno y la queja es automática, siempre me va mal, soy portador de la mala suerte.

Pero eso no es cierto, nadie es portador de la mala suerte, simplemente debemos entender que la vida esta compuesta de cosas buenas y malas, que ejercen un equilibrio natural y necesario para el desarrollo de los acontecimientos.

Lo que considero de verdad importante es tratar de comprender este asunto en su exacta dimensión, nada es totalmente dulce ni nada es totalmente amargo.

Lo que sí podemos afirmar es que lo amargo es más grande que lo dulce, es claro que no puedo explicar quien o porqué fue diseñado de esa manera, pero estoy seguro que por alguna razón es así.

Este es el punto más importante, primero debemos aceptar que así debe ser, que lo amargo se debe mantener por más tiempo, tal vez porque lo amargo contiene la mayor sabiduría.

Entiendo que lo dulce debe apenas probarse para mantener la necesidad de las cosas dulces, esas cosas dulces son el motor que invita a seguir luchando hasta conseguirlas.

Por las cosas dulces es que se han derrumbado imperios, por las cosas dulces es que se han levantado tantos templos a la verdad, por las cosas dulces el hombre lucha, la mujer lucha, hasta conseguir el triunfo.

Basta imaginar y para algunos, recordar que la relación intima entre un hombre y una mujer, es tan efímera, que deseamos con todas las fuerzas del corazón una segunda versión, o tercera o más, si fuera como las cosas amargas creo que los seres humanos ya no existiríamos en este planeta.

Después de esto, habremos de comprender mejor el papel que juega el agua pura, interpreto que se encuentra entre lo dulce y lo amargo, pues con el poder que posee ese liquido tan valioso adquiere el titulo “gran disolvente”.

Que maravilloso es el final de esta historia, una vez más se conforma el triángulo, con lo dulce y lo amargo, el agua completa la figura.

Ahora comprendo como es que los antiguos filósofos hablaban de trabajar con triángulos para explicar y comprender la estructura universal, lo amargo de la vida ahora tiene sentido.

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