jueves, 18 de abril de 2013

Zodiaco

filosofía,arte,ciencia,cultura


Por: Julio Torres.
El universo se concebía como una inmensa bola vacía compuesta de dos hemisferios y cuyo centro era la tierra, establecían que por encima se encontraba el cielo y por debajo el infierno, imaginaban que los dos hemisferios se unían en la línea del horizonte, donde se fundían el cielo y las aguas de las cuales emergía la tierra, de acuerdo a este criterio afirmaban que las estrellas y los planetas se desplazaban desde lo inferior hacia lo superior.
Muchas opiniones afirman que el zodiaco no existe, y en efecto, si miramos el cielo a cualquier hora del día o de la noche jamás veremos zodiaco alguno, tampoco vemos movimiento de las estrellas, pareciera que se encuentran en el cielo de manera estática, como si alguien las hubiera  dibujado mediante un proyecto pictórico.   
El hombre de la antigüedad concibió el zodiaco en forma de anillo colocado entre la tierra y el sol,   imaginó que en el interior se podía ver el movimiento y circulación de los astros, de manera que gracias a esta genial invención, podía observar y medir los desplazamientos de los astros al mismo tiempo, en cierto modo, le hacía conocedor de los movimientos que los astros producían continuamente.
El zodiaco sirvió de instrumento redactor del movimiento de tal o cual astro en determinado momento del año y en determinado sector del cielo, se comprendió entonces que los movimientos celestes presentaban una regularidad cronometra en el paso del tiempo, de manera que quien observó, midió y codificó en un momento preciso, podría comprobarse inclusive en los siglos posteriores.
Actualmente se puede confirmar con exactitud algunos fenómenos celestes observados hace más de cinco mil años, ya sea con la aparición de algunos astros, como por fenómenos en la tierra o en su entorno inmediato, al parecer, en la antigüedad se pudieron prever algunos fenómenos que hoy nos parecen muy naturales, así pues, poco a poco el ser humano comprendió los elementos de la naturaleza y fue capaz de adaptarse a todos los cambios mediante una finalidad práctica.
El zodiaco se convirtió en la herramienta del astrólogo pero con frecuencia desafía astrólogos contra astrónomos, tal vez por una falta de rigor científico ya que el punto de partida del zodiaco de la antigüedad ya no corresponde exactamente con el que podemos observar hoy día, la diferencia es de algunos grados, pero este hecho no debe ser considerado en un replanteamiento de los fundamentos básicos del zodiaco ni el sistema astro-lógico creado por nuestros predecesores.
Si deseamos comprender cómo nació el zodiaco  es necesario impregnarse de la mentalidad del hombre de la antigüedad, que consideraba la naturaleza, el cielo y la tierra como un gran libro abierto cuyos signos debía aprender a interpretar, el zodiaco es un circulo compuesto de 12 sectores iguales de 30 grados cada uno que se definen como casas de los 12 signos astro-lógicos y en el interior de ese círculo ficticio, imaginado y colocado alrededor de la tierra por los hombres de la antigüedad, se mueven los planetas.
Cada signo del zodiaco está situado dentro de uno de los 12 sectores mencionados, conforme a un orden cronológico establecido por el ritmo de las estaciones y por los ciclos del sol y de la luna, es decir, los movimientos repetitivos y relativamente inmutables que el sol y la luna aparentemente realizan alrededor del planeta tierra.
El zodiaco es entonces una tabla de coordenadas, un instrumento de medidas de observación y seguimiento de los fenómenos celestes que se producen alrededor de la tierra y en el interior de los 12 sectores del zodiaco  agrupados de 3 en 3, durante las cuatro estaciones del año se puede fijar un instante preciso de un cielo siempre en movimiento, si colocamos con exactitud los planetas y las estrellas, de este modo, podemos elaborar un mapa celeste como si fuera una fotografía del cielo tomada en un momento determinado.
Muchos son los datos que este tema nos presenta, por lo tanto, me veo obligado a retomar el tema en un futuro inmediato y con ello trataré de ampliar el panorama que los asuntos del zodiaco nos reserva en los tiempos por venir, de manera que la invitación está lista y completa, como lo estará el siguiente tratamiento.


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