jueves, 9 de mayo de 2013

Sentir

filosofía,arte,ciencia,cultura

Sentir es una experiencia personal, nadie puede sentir lo que yo estoy sintiendo en este momento, lo más que usted puede hacer es imaginar lo que trato de decir, pero nunca experimentar lo que me sucede, eso es lo que nos hace distintos a usted y a mi, eso es lo que entendemos como personalidad, eso es lo que los antiguos filósofos han tratado de comunicarnos a través de milenios, la personalidad, la cuadratura del circulo, ¿Será acaso la noción de alma personalidad?
Alma es la parte espiritual e inmortal del ser humano, capaz de entender, querer y sentir, que junto con el cuerpo constituye la esencia humana, así lo declara Aristóteles, como vegetativa, sensitiva y la intelectiva, detalla que en los animales, el alma se halla vegetativa y sensitiva, en el ser humano como vegetativa, sensitiva e intelectiva, pero que no se trata de que los animales tengan dos almas y el ser humano tres, más bien, en los animales es una alma con dos funciones y en los seres humanos son tres las funciones, de tal suerte que se consigue separar la conciencia de la identidad.
Continúa Aristóteles: El alma es aquello por lo que vivimos, sentimos y razonamos primaria y radicalmente. La materia es potencia mientras que la forma es entelequia, el combinado de ambas es el ser animado, de manera general entendemos lo que es el alma, tomando en consideración que la palabra entelequia resulta sinónimo de esencia, substancia o clímax, pero, ¿Qué es en realidad el alma? ¿Dónde se encuentra? ¿Cómo puedo verla?
Asistí a una conferencia muy especial en la que se trató el asunto del alma, del espíritu y la causa por la cual siempre existe determinada confusión sobre que es una que es otra, el ponente desarrolló una explicación excelente, comparó el cuerpo humano con una fábrica de automóviles donde el movimiento de trabajo es altamente desarrollado, el mercado exige que se produzcan cientos de unidades por día, con el fin de que sea rentable la inversión y produzca dividendos en el menor tiempo posible.
Menciona que en la fábrica existe un personaje que se encarga de dirigir el funcionamiento de cada sitio en la “banda de producción” donde al final aparece un automóvil totalmente equipado y listo a recorrer los caminos, esa es su función, solo le falta el alma que ha de ponerlo a funcionar como es debido, el combustible por si solo no mueve a la máquina, entonces entra en acción la corriente de la batería y el auto funciona, la batería eléctrica sabemos que proporciona cargas eléctricas que los científicos han definido de muchas formas, pero en realidad no sabemos de donde proviene o como son esas cargas de manera puntual, pero sabemos que existen.
Abordamos el auto y éste hace lo que le ordenamos, pero a nosotros quien nos ordena lo que debemos hacer, simplemente lo hacemos mediante una serie de eventos que tampoco sabemos exactamente de donde provienen, alguien nos dijo como hacer que se mueva el auto, pero a esa persona también alguien se lo dijo, entonces en ese momento estamos aplicando el principio que establece Aristóteles en el sentido de que nuestra alma es vegetativa, sensitiva e intelectiva en conjunto, estableciendo que el auto se mueva a nuestra voluntad, pero cuando accidentalmente se suspende la corriente eléctrica el auto se detiene, acudimos con el mecánico y por el momento nada se puede hacer, entonces, decidimos abordar otro auto en tanto el experto califica si es reparable o lo declara perdida total, ¿Será acaso la función de nuestra alma cuando percibe que este cuerpo ya no marcha como debe ser, lo abandonamos y buscamos otro cuerpo casi como buscar otro auto?
Lo importante en este asunto del alma es que advierto que nadie siente como yo siento pero, comprendo lo que es el sentimiento, aunque no deduzco quien lo ordena ni de donde proviene la orden, extendiendo la pregunta; ¿De donde vengo y adonde voy? O ¿Qué soy o quien soy? Opino que los vicios y las pasiones, es el legado de las generaciones precedentes o actuales, con la etiqueta de ambiciosos, ellos nos mantienen en la ignorancia a favor de su hipocresía, con el peligro de cruzar los límites de la euforia y la depresión que alimentan el riesgo del suicidio o del homicidio, declaro también que nadie tiene derecho a decidir mi vida, con firmeza explico que el alma nace libre y así debe seguir durante el tiempo que habite y maniobre mi cuerpo.
Me parece que es tiempo de afirmar que una cosa es la conciencia y otra es el alma, entendiendo como conciencia aquello que se define como espíritu, de allí se desprende el dicho popular de que “las cosas se hacen en conciencia o en inconsciencia”, pero esta conciencia actúa conforme a los proyectos y dictados del alma, creando la base del comportamiento, por un lado la conciencia y por el otro el alma, como si fuera un triángulo, dejando el espacio en el siguiente ángulo donde se maneja la lealtad, completando así la figura de la personalidad, pues, si uno de los vértices falla o simplemente funciona con incorrección, la vida se desarrolla de manera cismática.
Una vez más encontramos esa figura del triangulo que define perfectamente el soporte vital de todo cuanto ocurre en nuestro macro y micro universo, por un lado la conciencia en uno de los vértices, en otro el alma y en el tercero la lealtad como resultado generacional, es decir, que un buen funcionamiento de conciencia y de alma forzosamente redunda en una lealtad hacia todo proyecto ya que sin lealtad a las ideas, sin lealtad a lo que se busca, sin lealtad a lo que se persigue ningún proyecto puede salir avante, así que reuniendo armónicamente conciencia alma y lealtad, cualquier proyecto de vida por complejo que parezca, formará el triunfo que ha sido edificado con sentimiento personal.





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