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lunes, 19 de septiembre de 2011

Nacer, crecer y el resto

Nacer es el acontecimiento mas importante, el de mayor trascendencia, porque es el principio de una historia que se va a escribir a lo largo de muchos o pocos años, todo es de acuerdo al argumento que haya que representar.

Alguna vez un maestro describía la vida como un gran escenario donde cada uno de nosotros tiene un papel que representar, calificaba a la vida como el teatro donde cada actor representa a un personaje, que pudo haber sido real o ficticio.

Se dice que la vida inicia, desde el momento en que abandonamos el útero, y de allí en adelante hasta cumplir tres años comienza a manifestarse el ser pensante que somos.

Ese maestro calificaba al teatro diciendo que: El teatro es conflicto y la vida cotidiana es teatro porque es conflicto, que se debe resolver a cada momento y bajo todas las circunstancias imaginables.

La masonería comienza a contabilizar la edad desde los tres años, como símbolo de una situación real, a los tres años es cuando comenzamos a cuestionar a nuestros padres con una serie de preguntas que muchas veces no saben contestar.

¿Por qué sale el sol? ¿Por qué hace frío? Y ¿Por qué, porque, porque? De manera que nunca nos vamos a cansar de preguntar, aunque nada entendamos con las respuestas que recibimos.

Lo interesante comienza realmente cuando llegamos a los siete años de edad, porque nuestra mentalidad cambia, casualmente es cuando hemos ingresado a la enseñanza primaria, cuando entramos al mundo del conocimiento de la vida real.

Los catorce años nos sorprende en la enseñanza secundaria, ahora ya ingresamos al mundo de las matemáticas con más seriedad, lo mismo que con la física, química, historia, literatura y geografía universal.

Los 21 años, con un cambio de mentalidad muchas veces incomprensible, porque ya hemos tocado la puerta de la filosofía y la lógica, de tal suerte que parece estamos ya preparados para la profesión conforme a la vocación manifestada.

Pronto conseguiremos la certificación para ejercer la profesión elegida, en apariencia ya estamos aptos para resolver nuestros problemas que en años anteriores no conocíamos.

Estamos a punto de consumir una tercera parte de la esperanza de vida, que hemos dividido en tres etapas, desde los 7, los 14 y los 21 años.

El resto se refiere al segundo tercio de la esperanza de vida, donde debe consolidarse el proyecto o argumento a representar en el teatro de la vida, que servirá para llegar al tercer tercio con la tranquilidad y solidez necesaria para cuando el telón baja, poder decir: “Misión cumplida”.

La subdivisión que la masonería hace de cada peldaño a conquistar, contiene un proceso detallado de lo descrito en este documento, con lo que proporciona las herramientas necesarias para cumplir cabalmente con lo que la vida exige.

Un gran problema, es suspender o dejar trunco el proceso de estudio entre los catorce y los 21 años, el descontrol de los actores de la vida es sumamente complejo y destructor.

Siete, catorce y veintiuno es la primera etapa de la vida que cuando está bien cimentada, el éxito en la vida es automático para vivir el resto.