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martes, 10 de abril de 2012

Ataduras infames

filosofía,arte,ciencia,cultura

Por: Julio Torres.
Mucho se ha escrito en función de que nacemos con una culpa que en realidad no comprendo cuando me dicen que soy culpable de un pecado original, a la feche sigo sin entender la obsesión de hacerme culpable de algo que es parte del objeto de vida.
Es cierto, usted querido lector, tiene todo el derecho de criticar la manera como le he dado vueltas al párrafo anterior y a manera de justificación, le he dado tantas vueltas a la forma de describir algo que sigo sin comprender a mi gran número de años vividos.
Que triste resulta el darnos cuenta que desde que nacemos, tratan de colocar un letrero  de culpabilidad cuando ni siquiera entendemos de que se trata esta vida y ya debemos resistir el veredicto de culpables sin siquiera otorgarnos el derecho de réplica.
Los ambiciosos desean que la etiqueta de culpables se mantenga desde el inicio de nuestra vida ya que de esa forma quedaremos a merced de ellos y como dóciles animalitos nos conducen a una vida que solo ellos entenderán, privándonos de cualquier intento de rebeldía.
La hipocresía manifiesta de quienes se precian de cultos o simplemente audaces tratando de establecer ciudadanos de primera y segunda o más categorías convirtiéndose en regidores de vidas, coartando por completo el derecho a la libertad.
Lamentablemente es la ignorancia, la herramienta más efectiva que impide la libertad de los seres humanos, esos seres humanos que desde su llegada a este mundo ya se encuentran con la pesada carga del pecado original que ni siquiera comprenden literalmente.
El ser humano nace libre, por lo menos eso es lo que he creído desde mi niñez, siempre he cuestionado la tendencia a colocarme ataduras que ni comprendo, ni acepto, lo cual siempre ha provocado discrepancias entre mis amistades, pero mi posición sigue siendo la misma.
La tendencia a colocarme como culpable de algo que no es claro, ese pecado que ni es pecado ni está prohibido, de hecho lo considero más bien el objetivo de vida, si ese pecado realmente fuera desliz, la posibilidad de preservación de la especie sería imposible.
Es muy importante comprender que nacemos con ataduras que nuestros padres han aceptado porque sus padres así lo aceptaros y la herencia ha sido entregada sin razonamiento alguno, tal ´parece que al nacer nos colocan cuerdas en los brazos que van a impedir el libre movimiento.
Limitan el libre albedrío, la libertad de pensamiento y limitan y limitan hasta que el ser humano termina por obedecer ciegamente y obedece las “verdades” que el ambicioso y el hipócrita afirman que son verdades y todo por cargar el costal de la ignorancia que nos entregaron nuestros padres.
Me permito sugerir un mecanismo para contrarrestar el poder de esas ataduras que nada bien hacen a nuestra humanidad, dicho mecanismo será más sencillo si lo concentramos en un solo verbo: Dudar, si, dudar de todo cuanto nos digan y analizar.
Toda mi vida he dudado de ese famoso pecado original, primero por mi incapacidad para entenderlo y cuando por edad, entendí a lo que se refería ese pecado, volví a dudar porque para entonces nunca entendí la etiqueta de pecado.
Hoy día, trato de romper toda atadura y mejor practico la duda, es decir, dudo de todo cuanto me dicen y primero lo analizo y si encuentro motivos para rechazar o no, entonces, procuro dar a cada cosa el valor que considero tiene y como en este momento, procuro difundir el resultado que espero sirva a todos quienes quieran escuchar o leer lo que pienso, espero le sirva este pensamiento.