Por: Julio Torres
Nada impide que la masonería se encargue de analizar todos los temas que a cada masón se le ocurre que debe plantearse, y el misticismo es uno de ellos, nada queda a la deriva.
Esa es la forma que encuentra el masón para ejercer su libertad no solo de pensar sino de actuar ante la circunstancia que se presente dentro o fuera de logia.
Mucho se especula en función de que el masón está en contra de la religión, inclusive con cualquiera de sus manifestaciones, solo que el no conocer el trabajo masónico es lo que incita a la calificación a la ligera.
Solo existe una diferencia entre la masonería y las religiones y esta es en el sentido de los dogmas, pues, toda religión finca su enseñanza en el aprendizaje de los dogmas como acto de fe.
Contrario a lo que la masonería solicita de cada masón, que es el compromiso de la libertad, es decir, que el masón va a ejercer su libertad de la manera más sencilla, que es dudar para analizar todo aquello que recibe como enseñanza.
Solo por poner un ejemplo: toda religión exigirá que el catequizado acepte sin discutir alguno de los conceptos dictados por la fe, y el masón ni siquiera es catequizado.
La libertad que todo ser humano debería tener es ejercer su libertad de analizar, discutir, polemizar, y después de encontrar una respuesta todavía someterla al juicio del sentido común.
Asunto que de ninguna manera acepta religión alguna, todas ellas establecen el principio de aceptación sin discusión para hacer del rebaño un remanso de paz y buena voluntad.
Muchas veces he manifestado que el masón es más religioso que el mejor de los religiosos en razón de que la religión del masón siempre será por convicción y nunca por acto de fe.
No olvidemos que en este mismo espacio he reproducido parte del “manifiesto del congreso de Lausana” que se llevó a cabo hace más de tres siglos, donde se establece como requisito para ingresar a la masonería, la aceptación de la existencia de un creador de todo.
Ese creador de todo lo autentificamos como el gran arquitecto del universo, por lo tanto, no existe diferencia o se contrapone a cualquier filosofía antigua o moderna.
De manera que el misticismo entendemos ahora que es parte del ser humano y que cada individuo lo va a entender por medio de su libre albedrío y no solo por acto de fe.
Por lo menos creo que eso sería lo más aceptable y entonces que cada religión dejara actuar con esa libertad de comprender a la divinidad como mejor lo entienda y solo entonces adquirir la firmeza de decirse hombre libre y aunque místico, pero libre y de buenas costumbres.