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martes, 18 de noviembre de 2014

filosofía,arte,ciencia,cultura

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La imaginación y algo más
Por: julio torres
Cuando escribo estas líneas, es fácil imaginar que lo hago en la mañana de cualquier domingo en el que no tengo plan alguno, la familia no ha diseñado actividades concretas y es ahora que doy “rienda suelta” a este asunto de la imaginación que las actividades diarias impiden “darle cuerda” a esa facultad que nos ha regalado el hacedor de todo esto llamado “mundo” y como soy un aficionado a la música, en este momento escucho a Lennon interpretando “Imagina”.
El músico instrumentista y compositor: John Winston Ono Lennon, que saltó a la fama como uno de los miembros fundadores de The Beatles,
una banda de rock británica activa durante la década de 1960, nacido el 9 de octubre de 1940, en Liverpool, reino unido y en este momento escucho: Imagina a toda la gente, Vivir para hoy, Imagina que no hay país, no es difícil de hacer, Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz, No hay necesidad de codicia o hambre, Imagina a toda la gente, compartiendo todo el mundo.
Paralelamente a este momento escucho las noticias del día anterior y me entero que aparecen  inconformidades a lo largo y ancho de mi país, México, gente que ejerciendo su derecho a la manifestación de las ideas, pero en un momento no planeado, o tal vez sí, las cosas toman nuevos rumbos y todo se “descompone”, los daños a personas y propiedades que nada tienen que ver con los conflictos ahora resultan incalculables, pareciera que el “estado de derecho” está carente de importancia de quienes de ello deben ocuparse.
Pienso que el deseo más grande a que puede aspirar todo ser humano es a la tranquilidad personal y de la familia, soñar que todo se puede lograr debe ser un privilegio que nos entregan desde el momento en que nacemos a este mundo, pero también acepto que el equilibrio natural es parte del proyecto divino, esto es, que la bondad y la maldad habremos de aceptarlas como parte de ese equilibrio, creo que la razón de existir de las personas o grupos que regulan o controlan la actividad social de un lado y otro, deben, como resultado del cumplimiento laboral en favor de la sociedad a la que prestan el servicio, otorgar paz y tranquilidad
suficiente en verdad.
Debemos comprender que la vida no es totalmente “dulce” ni totalmente “amarga”, cada día y cada instante nos vemos en la necesidad de solucionar uno u otro aspecto, lo cual nos enseña que debemos tratar de conducirnos dentro de un marco central de equilibrio, de manera que el sueño de que todo sea totalmente bueno y armonioso, debe quedarse en eso, en un sueño hermoso, pudiera ocurrir que a determinada persona cercana a nosotros sea feliz con lo que a nosotros nos causa dolor y problemas, ¿Será acaso que esa persona experimente
confort cuando algo no resulta como lo esperaba?

Lo importante es que nunca abandonemos los sueños, John Winston Ono Lennon, tal vez durante muchos años soñó lo que nos platica con su obra musical, el mensaje que pretendo guardar dentro de mí, debe ser sin lugar a equivocarme, la maravilla de los sueños, o la maravilla cuando imaginamos que todo puede ser hermoso, pero repito, lo bueno y lo malo son complementarios, que vida sería si todo fuera bueno o todo malo, en tanto encuentro una respuesta convincente, me quedo con la maravilla que es este mundo, donde con solo imaginar, puedo viajar hasta en el tiempo, diseñando mi propio itinerario, y hoy me prometo nunca jamás erradicar la imaginación, el mejor alimento es imaginar.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Los grandes iniciados

filosofía,arte,ciencia,cultura
El tema que pretendo hoy tratar, aunque solo sea una pequeña rendija donde podamos escudriñar a lo que se refiere, lo considero de gran importancia porque con ello es posible entender nuestro pasado y nuestro presente ya que el futuro es incierto.
Claude Bernard dice: “Persuadido estoy de que llegará el día en que fisiólogos, poetas y filósofos hablarán el mismo lenguaje y se entenderán todos”.
Parece que el mayor mal de todos los tiempos es que la ciencia y la religión se presentan como enemigos o como fuerzas enemigas e irreductibles, como un mal intelectual, con imagen perniciosa, ya que viene de lo alto y se infiltra con cautela como ponzoña.
Como ocurría en la Europa de la edad media, cuando no hizo otra cosa que afirmar la fe por todos los medios a su alcance, con métodos casi bárbaros, la mayor de las fuerzas morales que formó el alma del hombre moderno.
En tanto que la ciencia experimental, reconstruida hace más de cinco siglos, reivindicó los derechos legítimos de la razón y su ilimitada libertad que fue la mayor fuerza intelectual, liberando al hombre de las seculares cadenas y fincó el espíritu de las bases indestructibles.
Desde ese momento, ya no se pudo probar su dogma porque las objeciones científicas lo evitaron de manera contundente, es entonces que quienes predicaban dichos dogmas se encierran en una casa que carece de ventanas oponiendo la fe a la razón de manera absoluta.
La ciencia enajenada por sus descubrimientos en el mundo físico, maneja abstracción del psíquico e intelectual y se convierte en materialista en sus principios y finalidad.
La filosofía entre ambas, de cierto modo abdica de sus derechos y cae en un escepticismo trascendente que tal vez inconscientemente transmite de manera profunda en el alma de la sociedad y de los individuos.
Es posible que las palabras de Claude Bernard ahora suenen con mayor fuerza en la necesidad que imaginó: “Persuadido estoy de que llegará el día en que fisiólogos, poetas y filósofos hablarán el mismo lenguaje y se entenderán todos”.
Es por eso que la masonería recomienda un estudio profundo de lo hecho por los “grandes iniciados” como parte fundamental del estudio, tomando en cuenta que fueron ellos quienes desde tiempos remotos trataron de encontrar soluciones por el bien común.
El masón de hoy tiene la obligación de sumergirse en todo aquello que sirvió en la comprensión de lo que debe hacerse en favor de la humanidad, tal vez un ejemplo de lo que Bernard imaginó es el éxito obtenido en los viajes espaciales cuando se unieron todas las ramas de la ciencia.
Es posible que nunca se hubieran logrado los triunfos espaciales sin la comunión de todas las ideologías, de todas las ciencias y de todos los sueños de los seres humanos, en la conquista del espacio que hoy nos entrega un mundo maravilloso quizás jamás imaginado.
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