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miércoles, 2 de octubre de 2013

Pensamiento

El pensamiento es una facultad del ser humano que lo distingue del resto de las especies vivas, de lo cual se desprende el concepto de individualidad, presente en los seres humanos y aunque muchas otras especies manifiestan pensamiento, siempre se quedarán en el umbral, porque no examinan y nosotros lo hacemos de manera consuetudinaria, porque somos capaces de comparar, escoger y por lo tanto formar un juicio sobre las cosas conocidas.
Pareciera que una flor que curiosamente es conocida como pensamiento, comprendiera tal definición, si observamos, se muestra distinta a una buena parte del abanico floral que la naturaleza nos hace favor de regalar a diario y sin pedir nada a cambio, sabe que nosotros somos capaces de investigar y juzgar, muchas veces me parece observar que cuando le hablo a la flor, ella me obedece al impulso que le prodigo.
Hasta parece que posee determinada inteligencia, como si a ella se le hubiese entregado la facultad de recibir las impresiones de los sentidos, que le permiten comprender y combinar los actos que satisfacen sus necesidades, vamos, como si esa maravillosa flor mostrara una inteligencia similar a la nuestra y no actuara simplemente por instinto como si fuera un resorte conservador de su existencia.
Nosotros, los seres humanos, poseemos la razón junto con la inteligencia y el instinto, podemos elevarnos de lo concreto a lo abstracto pues comprendemos la naturaleza de las cosas y nos sometemos a la causa que produce eso que describimos como razón, inclusive logramos estudiarnos a nosotros mismos, por medio de la contemplación de lo creado, permitiendo encontrar la verdad que destruye los errores de la intuición y los sofismas de la inteligencia.
También creamos las ciencias y las artes arrancando a la naturaleza sus secretos, ese es el patrimonio de los seres humanos y gracias a ello podemos ver en todas las cosas lo real, lo ideal y la causa que los produce, de ese razonamiento surge un término que simplifica las cosas y lo definimos como facultad dual, es decir, que comenzamos a comprender lo que es el instinto y el afecto como una manera sencilla de diferenciarnos de los animales.
Sin embargo, parece que no comprendemos bien la lección, nos entregamos a gobiernos que se atribuyen todo y declarando que somos niños que requerimos ser tratados como rebaños, pero no son los gobiernos los culpables sino que encuentran seres humanos dóciles que se dejan gobernar porque encuentran ignorancia, apatía y egoísmo en los ciudadanos y forzosamente tienen que torturarlos y hacerlos marchar aun a su pesar, pues todo el que adquiere mando, casi siempre tiende a la tiranía.
La masonería quiere que las masas se eduquen particular y en grupo, los pueblos ilustrados no consienten tiranos y sí ayudan a sus buenos mandatarios en sus difíciles tareas, de nada sirven los buenos gobernantes con las más sanas disposiciones si sus gobernados se oponen a ellas, su ignorancia no les permite comprender o su apatía y egoísmo les encierra en un círculo de pereza e indiferencia.

La masonería impone a sus miembros el deber de ser hombres libres y virtuosos, sin que sea esa libertad el egoísmo y la resistencia a las leyes del país en que viven, ni a las disposiciones de los gobernantes en virtud de esas leyes, al contrario, ella exige de sus miembros el mejor respeto a la ley y a los magistrados, también establece como un deber sagrado el instruirse e instruir a los hombres hasta donde alcancen sus fuerzas, con el fin de que conozcan los derechos y deberes propios y los derechos y deberes de todos. El pensamiento adecuado entonces es que seamos instruidos, dignos y virtuosos y no solamente seremos libres nosotros, sino que podremos emancipar a todos los ciudadanos.