Por: Alfredo Aviña
El milagro de vivir, el de la perfección de la vida, el de la culminación del nacimiento y de generar vida uno mismo, estos podrían ser algunas explicaciones.
Es como no encontrar una razón de vida, solo trasmites mil enfermedades mil trastornos mil pecados, y todo esto podría estar bien ya que y ni tu ni yo ni nadie tenemos porque ser iguales.
Te comparto lo que he aprendido, el mensaje eres tu, eres el mensaje que le trasmites al mundo al nacer, es un mensaje al universo, porque ese universo, ese mundo eres tu, esa niña o ese niño, es la presencia de un ángel, un mensajero,
Mensajero del infinito en un cuerpo humano, el infinito es un poder absoluto, ese poder crea un programa, como los de cómputo, ese programa es solo para ti, todo lo que necesitas para ser tu esta en ese programa.
Cada célula de tu cuerpo constituye un universo propio, esta programada para ser tú, lo que seas y lo que pienses que eres no afecta en nada al programa,
Importante es saber que el programa no esta en la mente, solo esta en el cuerpo, es lo que llamamos ADN, desde pequeños sabemos lo que nos gusta y lo que no, perseguimos lo que conocemos por instinto.
Esos instintos nos guían para ser felices y para disfrutar de la vida, para jugar, amar, satisfacer necesidades, pero al crecer comienzan los obstáculos, se inicia un proceso de daño a la programación recibida.
Las personas de nuestro entorno, con sus opiniones y sus diagnósticos de sabiduría y conocimientos, intentan y muchas veces lo logran, que nuestra forma de pensar cambie.
Para esas personas, todo tiene una lógica, su lógica, que exige una respuesta científica, y todo redunda en una especie de virus en la programación.
Ahora ya no eres lo que eras al nacer, ahora eres lo que lo que los demás quieren que seas, aquella mente que llegó a este mundo con proyectos, ideas y esperanzas le han cambiado.
La iniciativa propia ha desaparecido, la semilla de la influencia de terceros ha germinado, inclusive al escribir esto me siento culpable de haber contribuido a esos cambios alguna vez.
Esa es la importancia de ser lo que se deba ser, o lo que en el proyecto de vida se diseñó con tanto cuidado durante la estancia en el otro plano.
Fundamental es dudar de todo lo que te digan, debes analizar todo antes de tomar decisiones aventuradas, corres el riesgo de que te sentencien, argumentando que tu eres la causa de todos tus males.
Es por eso que insisto, cuando nacemos, ya traemos un encargo, tenemos un proyecto de vida perfectamente estructurado, a prueba de todo, no debemos permitir que lo cambien.
Algunas recomendaciones nunca sobran, primero debemos analízalas, tomar la iniciativa, pero pide permiso siempre, se espontaneo, pero guarda las formas, toma decisiones apasionadas, pero no te arriesgues sin razón.
Ama a tu familia y principalmente a tu pareja, pero condiciona el amor y el dinero, resuelve las emergencias, pero sigue los procedimientos indicados, desarrolla tus valores, siempre que coincidan con los de los demás.
Para que todo funcione como se planeó, solo debemos estar consientes de que somos parte de un proyecto divino, a nadie más le fue entregado un proyecto de vida como el nuestro, nuestro proyecto es único.
Tu eres luz desde el momento en que llegaste a este mundo, en tu equipaje se te entregaron las herramientas necesarias para cumplir con el encargo, nada falta, nada sobra.
Tu mensaje al cruzar la línea y entrar a este mundo es que vienes a triunfar, pero también vienes a salvar obstáculos, no importa el tamaño, en la petaca está la herramienta que te ayudará a salvarlos.
Alguien dijo: “Ven, sígueme, te enseñaré los grandes secretos de la vida” este es un mensaje para toda la vida, espero que conozcas al autor de este mensaje, solo ha estado presente dos mil años y murió por nosotros.
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