Por: Julio Torres. Desde el instante en que el jefe de la logia pide silencio y hasta el término de los trabajos, el maestro de ceremonias de hecho se convierte en el responsable del éxito o fracaso de los trabajos.
Una particularidad del maestro de ceremonias es que se puede mover por todo el templo casi a voluntad, es por eso que representa a la luna, que la vemos en distintos lugares del cielo.
Muchas veces parece que la luna se mueve a derecha o izquierda, como si transitara hacia cualquier punto cardinal, así el maestro de ceremonias se mueve en el templo en muchas formas.
El protocolo de inicio de trabajos lo dicta el jefe de la logia, pero el maestro de ceremonias es el coordinador de la actuación de cada uno de los integrantes de la logia durante el proceso dentro del templo.
La logia puede recibir visitantes en cualquier momento y de cualquier jerarquía, el maestro de ceremonias los recibirá desde la entrada al templo, anunciará con el protocolo establecido sus grados y jerarquías y los conducirá a los lugares que a cada uno corresponda.
La transmisión y lectura de documentos propios del rito son organizadas por el jefe, pero la distribución de textos y recopilación de los mismos, vuelve a ser trabajo del maestro mencionado.
Existe una norma de movimiento dentro del templo que se respeta puntualmente por todos los integrantes de la logia y nadie puede modificar lo establecido, la ruta está perfectamente trazada.
Nuevamente es el maestro de ceremonias el encargado de vigilar que todo integrante que deba desplazarse por el templo, lo haga como lo indica la liturgia.
Inclusive el propio jefe de la logia va a moverse dentro del templo como lo indica la liturgia y el maestro de ceremonias le indicará con respeto si por accidente modifica algún movimiento.
Hablar de ceremonias especiales como la recepción de un candidato al ingreso a la masonería o exaltaciones a masones que han cumplido con los trabajos y reciben el aumento de grado se lleva a cabo por medio de ceremonias especiales.
Podemos imaginar la complejidad de dichas ceremonias que van a exigir determinados aspectos que solo con el estudio y el trabajo se pueden desarrollar con pulcritud para lucir como debe ser.
En la práctica, es el maestro de ceremonias que al mantenerse en movimiento permanente dentro del templo, puede detectar cuando se cumple el ritual o presenta alguna falla.
La obligación será entonces de manera discreta avisar al jefe de logia para que se tomen las medidas adecuadas para cada caso en particular.
Cuando los trabajos van a terminar, vuelve a tomar actividad especial ese maestro para que el cierre de trabajos resulte tan perfecto como lo fue el principio de los mismos.
Puedo afirmar que las veces que me toco el privilegio de ocupar el puesto de maestro de ceremonias en distintos ejercicios y en distintas logias lo disfruté maravillosamente.
Pienso que ocupar este puesto no solo es privilegio, es el cargo en el que se aprende más, vale la pena aceptarlo, practicarlo y dominarlo, para beneficio propio y de la logia que nos ve nacer a la masonería, el maestro de ceremonias.
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