jueves, 13 de octubre de 2011

Certificado de libertad

Muchas veces encontramos tal dificultad para emprender algún negocio que pensamos: Ojalá fuera posible gritar “libertad”, pero libertad al trabajo, es decir, que el trabajo no necesita protección, lo que necesita es libertad.

Solo con libertad, el trabajo resulta fructífero, sin embargo, si no se cumple el segundo requisito, el de garantizar que el productor reciba una protección efectiva a la propiedad que acumule con su industria, se complica más obtener esa libertad.

De nada sirve reglamentar el trabajo, de nada sirve la crítica a las corporaciones de artes y oficios, de nada sirve crear falsas teorías de “protección”, implementadas por los gobiernos.

La libertad de trabajo es como la libertad de expresión, es como la libertad de libre transito y tal vez como la libertad de pensamiento, que es el mínimo derecho del ser humano.

La libertad al trabajo es necesaria, con ello se garantiza la comercialización, por medio de la oferta al menor precio y excelencias optimizadas de los productos.

El ser humano vive con la facultad de la producción, cada uno está dotado de diversa manera en los mecanismos de producción.

Toda ley que favorezca a un productor a expensas de otro, o impida al consumidor proveerse donde le acomode, ataca directamente su existencia.

Nunca debemos olvidar que el ser humano es la criatura más desprovista de defensas y recursos naturales, esta criatura no tiene garras, no tiene colmillos, solo tiene inteligencia.

Nosotros tenemos que crear y preparar nuestros alimentos antes de consumirlos, casi disputándolos al cielo y a la tierra, este ser tan débil y tan lleno de necesidades solo puede vivir de su trabajo, pero con algo que conocemos como instinto social.

Para luchar contra las fuerzas brutas, fuimos dotados de inteligencia, trabajamos o morimos, esa es la verdadera razón de buscar ese certificado de libertad en el trabajo.

En algún momento hablamos del intendente de fábricas, es el nombre simbólico de quien levanta el edificio de la asociación humana sobre dos grandes columnas, propiedad y trabajo.

Con la libertad del trabajo, es como se obtiene la riqueza, que significa satisfacer nuestras necesidades y sacar partido en nuestras transacciones, las etiquetamos como capital que no es otra cosa que la riqueza acumulada.

La mejor manera de evitar que la miseria devore al pueblo, es creando las condiciones optimas para el trabajo, con lo que podrá satisfacer sus necesidades y las de su familia.

Hablar del intendente de fábricas es hablar de la libertad del trabajo, pues el intendente es el personaje que va a buscar las condiciones óptimas para que la propiedad y el trabajo cumplan con su tarea que es la producción de la riqueza.

Pero no solo se requiere la libertad al trabajo, la libertad a la educación es la otra necesidad, fundada en los principios de la ciencia y la virtud.

El certificado de libertad solo se consigue con la educación del pueblo, porque da a cada uno lo que se debe a sí mismo, es propio de la ignorancia afirmar que hay en el mundo ricos favorecidos y victimas pobres.

Solo existen personas dignas y personas indignas, personas con certificado de libertad y personas sometidas.

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