Muchas
veces encontramos tal dificultad para emprender algún negocio que pensamos:
Ojalá fuera posible gritar “libertad”, pero libertad al trabajo, es decir, que
el trabajo no necesita protección, lo que necesita es libertad.
Solo
con libertad, el trabajo resulta fructífero, sin embargo, si no se cumple el
segundo requisito, el de garantizar que el productor reciba una protección
efectiva a la propiedad que acumule con su industria, se complica más obtener
esa libertad.
De nada
sirve reglamentar el trabajo, de nada sirve la crítica a las corporaciones de
artes y oficios, de nada sirve crear falsas teorías de “protección”,
implementadas por los gobiernos.
La
libertad de trabajo es como la libertad de expresión, es como la libertad de
libre transito y tal vez como la libertad de pensamiento, que es el mínimo
derecho del ser humano.
La
libertad al trabajo es necesaria, con ello se garantiza la comercialización,
por medio de la oferta al menor precio y excelencias optimizadas de los
productos.
El ser
humano vive con la facultad de la producción, cada uno está dotado de diversa
manera en los mecanismos de producción.
Toda
ley que favorezca a un productor a expensas de otro, o impida al consumidor
proveerse donde le acomode, ataca directamente su existencia.
Nunca
debemos olvidar que el ser humano es la criatura más desprovista de defensas y
recursos naturales, esta criatura no tiene garras, no tiene colmillos, solo
tiene inteligencia.
Nosotros
tenemos que crear y preparar nuestros alimentos antes de consumirlos, casi
disputándolos al cielo y a la tierra, este ser tan débil y tan lleno de
necesidades solo puede vivir de su trabajo, pero con algo que conocemos como
instinto social.
Para
luchar contra las fuerzas brutas, fuimos dotados de inteligencia, trabajamos o
morimos, esa es la verdadera razón de buscar ese certificado de libertad en el
trabajo.
En
algún momento hablamos del intendente de fábricas, es el nombre simbólico de
quien levanta el edificio de la asociación humana sobre dos grandes columnas,
propiedad y trabajo.
Con la
libertad del trabajo, es como se obtiene la riqueza, que significa satisfacer
nuestras necesidades y sacar partido en nuestras transacciones, las etiquetamos
como capital que no es otra cosa que la riqueza acumulada.
La
mejor manera de evitar que la miseria devore al pueblo, es creando las
condiciones optimas para el trabajo, con lo que podrá satisfacer sus
necesidades y las de su familia.
Hablar
del intendente de fábricas es hablar de la libertad del trabajo, pues el
intendente es el personaje que va a buscar las condiciones óptimas para que la
propiedad y el trabajo cumplan con su tarea que es la producción de la riqueza.
Pero no
solo se requiere la libertad al trabajo, la libertad a la educación es la otra
necesidad, fundada en los principios de la ciencia y la virtud.
El
certificado de libertad solo se consigue con la educación del pueblo, porque da
a cada uno lo que se debe a sí mismo, es propio de la ignorancia afirmar que
hay en el mundo ricos favorecidos y victimas pobres.
Solo
existen personas dignas y personas indignas, personas con certificado de
libertad y personas sometidas.
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