Cada
uno para todos y todos para cada uno, como si se tratara de un juego de
palabras, pero se trata de la descripción de uno de los temas más importantes
que la masonería nos tiene reservados para funcionar con todas las ventajas
ante cualquier situación.
El
interés personal se refiere a la manera de obtener los medios necesarios para
implementar cualquier proyecto, tomando en consideración que el aspecto
económico es un excelente principio en todo proyecto.
Lo cual
significa que debemos aprender a generar riqueza que sea capaz de solventar la
erogación en cualquier proyecto, máxime si se trata de un proyecto complejo.
Entonces
habremos de diseñar primero un proyecto para generar riqueza, basta retomar lo
que la masonería enseña para estos casos que describe como elementos
fundamentales la propiedad y el trabajo.
Es
posible que resulte más claro si le colocamos una etiqueta al personaje que
debe asumir la responsabilidad de generar esa riqueza, le llamaremos
intendente.
La
traducción literal del titulo de intendente, se comprende como el jefe de una
fábrica, que en el ejército y en la marina es el jefe superior de la
administración militar.
Obtener
el titulo de intendente, es haber deambulado en los terrenos de las facultades
físicas e intelectuales ya sea dentro de la masonería o dentro de una empresa
privada o de gobierno con las características anotadas en principio.
Comprendimos
que el ser humano posee facultades intelectuales: inteligencia, rectitud,
valor, prudencia y altruismo.
Después
tuvimos noticia de aquello intangible, aquello que intuimos existe pero que no
lo vemos, aquello que es el motor fundamental que nos impulsa a hacer las cosas
y lo que rige nuestras acciones, aquello que se regula con el poder de decisión
en todo momento.
En
síntesis, aquello que nos proporciona lo que entendemos como personalidad y que
nos distingue de los demás, con herramientas como justicia, lealtad y algo más.
Entendimos
en su momento que existe un número perfecto, cuando observamos que multiplicar
el 9 por cada dígito el resultado siempre será nueve, eso determina su
perfección.
Nueve
son entonces los requisitos para conseguir implementar una buena intendencia:
Justicia, orden, vigilancia, economía, previsión, constancia, emulación,
intrepidez y verdad.
Basta
con acudir a un diccionario e interpretar lo que cada una de las palabras
enunciadas significa, suficiente será comprenderlas y utilizarlas como
herramientas y conseguir la riqueza necesaria que dará efectividad a cualquier
proyecto.
Una
intendencia sin justicia, estará destinada al fracaso absoluto y si el orden y
la vigilancia no quiero imaginar los estragos que provocaría en la economía de
toda empresa.
Emular
o tratar de tomar ventaja indebida, creyéndose intrépido solo va a conseguir
que su verdad obtenga tal debilidad, que se convertirá en su enemigo fatal.
Muy
importante es pues, acudir al estudio a conciencia de los nueve conceptos
anotados para hacer brillar el interés personal y de esa forma convertirse en
un magnifico intendente, con todas las posibilidades de triunfo en bien general
de la humanidad y del bienestar personal.
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