lunes, 5 de diciembre de 2011

Díganme quien lo dijo

Aprendiendo a vivir, se pudiera titular el pensamiento que a continuación transcribo:
Cada hombre encuentra el camino que antes imaginó en su mente.

Después de un tiempo aprendemos la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y aprendemos que el amor no solo significa acostarse con alguien, que una compañía no significa seguridad.

Y así comenzamos a aprender, que los besos no son contratos y los regalos no son promesas y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza en alto y los ojos abiertos.

Aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro, y el futuro tiene forma de caerse en la mitad.

Después de un tiempo, también se aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema, si plantamos nuestro propio jardín y decoramos nuestra propia alma, en lugar de esperar a que alguien traiga flores, aprendemos que realmente podemos aguantar y soportar.

Porque somos realmente fuertes, pero no lo sabíamos y realmente vale, y se aprende, y se aprende, cada día aprendemos, a pesar de los golpes y el sufrimiento.

Con el tiempo comprendemos, que solo quien es capaz de amarnos con nuestros defectos, sin pretender cambiarnos, puede brindarnos toda la felicidad que deseamos.

Con el tiempo también aprendemos, que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando durante toda la vida a quien herimos con ofensas, con el tiempo, se aprende que disculpar.

Cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes, con el tiempo nos damos cuenta que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.

También aprendemos que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados.

Con el tiempo aprendemos a construir todos nuestros caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes, con el tiempo nos damos cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estuvimos viviendo.

Con el tiempo vemos que aunque seamos felices con los que están a nuestro lado, añoraremos con intensidad a los que ayer estaban con nosotros y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprenderemos que intentar perdonar o pedir perdón ante una tumba, decir que amamos, que extrañamos, que necesitamos, o que queremos ser amigos, ya no tiene ningún sentido, todo esto desafortunadamente lo aprendemos con el paso del tiempo.

¡Oh inexorable tiempo que todo te lo llevas menos el sufrimiento!
El tiempo es hoy, no mañana, vívelo.

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