martes, 6 de diciembre de 2011

Estamos a cubierto


Esta es una frase que se utilizó desde hace muchos años para decir o declarar que un grupo familiar o de amigos estaban seguros de tratar asuntos que solo a ellos interesaba y que nadie se encontraba cerca que pudiera escuchar lo que allí se trataba.

Hoy es común encontrar en grandes y pequeñas empresas la misma práctica solo que se mantiene a cubierto por medio de canceles o paredes que impiden se escuche lo que en ese recinto se esté discutiendo.

La privacidad es muy necesaria no tanto por la posibilidad de que alguien esté escuchando, simplemente que en una empresa o en la familia siempre existen asuntos que deben permanecer en secreto o simplemente con determinada discreción.

El ser humano siempre ha buscado la práctica de la discreción hasta en los asuntos más simples, pero lamentablemente los grandes acontecimientos siempre se han visto en aprietos con las indiscreciones que practican personas sin escrúpulos.

Por otro lado, quien nos garantiza que en verdad estamos a cubierto cuando así lo creemos, hay quien dice que no es así, que entidades de otros planos tienen la facilidad de escucharnos de cualquier manera.

La ventaja es de que ellas no tienen el equipo necesario para difundir lo que han escuchado y según dicen, logran divulgar esos mensajes por medio de personas que poseen la capacidad de prestar su equipo, o sea su cuerpo y con él, difundir lo que han escuchado.

Es claro que esto que estoy contando resulta fantasioso, sin embargo, han llegado hasta mí, las pruebas necesarias que me permiten afirmar que es un fenómeno que mucha gente lo conoce, no se como, pero ocurre.

Muchos enterados en estos asuntos lo afirma desde siempre, el mismo Sócrates por medio de los diálogos de Platón, hacen mención de estas prácticas.

Por lo pronto, quiero dar crédito a ese punto que afirma, “no siempre estamos a cubierto en su totalidad”, cuando nos aislamos del resto de los presentes, al tratar asuntos de importancia que solo a nosotros atañe.

Lo que quiero también asentar es que estoy de acuerdo con quienes dicen que nunca estamos solos, lo siento lógico, es posible que el efecto de la oración en cualquier religión sea una prueba fehaciente del fenómeno.

De cualquier forma, lo mejor es tratar los asuntos con la mayor transparencia posible y solo cuando haya que manejar, comprender e incursionar en cosas delicadas, o que de deba diseñar estrategias en favor de los demás, buscaremos estar a cubierto.

Estar a cubierto de toda indiscreción tal vez sea la mejor manera de explicar esta necesidad, sobre todo cuando se trata de asuntos de defensoría legal, o de legados que así lo determine en su tiempo quien los haya estructurado.

Inclusive en todas las religiones existe ese recurso, porque no todo puede estar a la vista o al alcance se los feligreses, no tanto por esconder algún conocimiento, sino porque muchos conocimientos deben entregarse mediante un orden y que surtan el efecto deseado.

Estamos a cubierto usted y yo en este momento, espero que este tema le sirva, ese es mi mejor deseo.


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