No todas las escaleras sirven como
ascensores o en el descenso, existen también escaleras planas, es una forma de
explicar cada paso que ejecutamos en el caminar de la vida que con errores y
aciertos, voluntarios e involuntarios, escriben nuestra historia.
Podemos imaginar a un niño de escasos
tres años que pretende caminar por esfuerzo propio, lo más seguro es que
requiera de una persona experta, que le guíe en la superación de cada obstáculo
que se presente en su camino.
El niño pretenderá correr como si se
tratara de hacerlo a la velocidad del viento, con tal de superar cada
interferencia y solo se mantendrá en equilibrio con ayuda, nunca podrá hacerlo
solo, es evidente que a esa edad no existen condiciones de sabiduría necesarias
en estos casos.
Tal vez se presentarán problemas
similares, si el mismo niño intenta sumergirse en el agua de una piscina, a esa
edad es arriesgado que se deslice por sus propios medios, creo que la necesidad
de un especialista se antoja indispensable.
La piscina puede convertirse en un mar de
bronce, de manera simbólica, ya que si no se tiene experiencia en las destrezas
de la natación, el riesgo de sumergirse en el agua puede resultar muy delicado,
una vez más se hace forzosa la ayuda experta.
Ni hablar de enfrentarse al fuego, el
elemento más peligroso desde mi punto de vista, sin descalificar a los
anteriores: Agua y aire, lo que sucede es que se me dificulta mucho controlar
el fuego, creo que la instrucción contra el fuego es más complicada.
Sin embargo, si llegara el caso en el
cual me viera forzado a tratar de controlar el fuego, conseguiría de inmediato
la ayuda del entendido en fuego, como puede ser un profesional del control de
fuegos, un bombero heroico.
Nótese que hemos hablado de tres de los
elementos naturales que rigen el destino de nuestro planeta, independientemente
de que se trata de una simbología maravillosa, que utiliza la masonería en la
explicación base de nuestro mundo.
Aire, agua y fuego, junto con la tierra
es el compuesto maravilloso que se encuentra presente en todo momento, es lo
que permite nuestra presencia y de todo cuanto existe en este mundo, su estudio
y comprensión es lo que permite el control en nuestro beneficio.
Desde la primera edad aprendemos a observar cada uno de los elementos, con
fuerza, belleza y candor es como podemos caminar por esa escalera plana, que
tal vez nos conducirá al encuentro de nosotros mismos, que es el objetivo
número uno en la vida.
Me parece que hacer el recorrido por esa
escalera plana es más seguro que tratar de ascender a sitios desconocidos en
busca de la verdad, cualquiera que esta sea, lo que es seguro es que si
logramos entendernos en nuestro ser interno, nuestro ser externo se manifestará
ampliamente.
Cuando superamos la línea entre lo que
pensamos que somos y lo que en verdad somos, o comprendemos la imagen que las
personas tienen de nosotros, es que hemos llegado a la cúspide marcada por
nuestra escalera plana.
Ahora sí, la fe en los ideales y la
esperanza en realizarlos por el bien de la humanidad se encuentran más cerca de
lo que parece, pero todo comienza en la primera edad.