jueves, 12 de enero de 2012

La escalera plana

filosofía,arte,ciencia,cultura

No todas las escaleras sirven como ascensores o en el descenso, existen también escaleras planas, es una forma de explicar cada paso que ejecutamos en el caminar de la vida que con errores y aciertos, voluntarios e involuntarios, escriben nuestra historia.
Podemos imaginar a un niño de escasos tres años que pretende caminar por esfuerzo propio, lo más seguro es que requiera de una persona experta, que le guíe en la superación de cada obstáculo que se presente en su camino.
El niño pretenderá correr como si se tratara de hacerlo a la velocidad del viento, con tal de superar cada interferencia y solo se mantendrá en equilibrio con ayuda, nunca podrá hacerlo solo, es evidente que a esa edad no existen condiciones de sabiduría necesarias en estos casos.
Tal vez se presentarán problemas similares, si el mismo niño intenta sumergirse en el agua de una piscina, a esa edad es arriesgado que se deslice por sus propios medios, creo que la necesidad de un especialista se antoja indispensable.
La piscina puede convertirse en un mar de bronce, de manera simbólica, ya que si no se tiene experiencia en las destrezas de la natación, el riesgo de sumergirse en el agua puede resultar muy delicado, una vez más se hace forzosa la ayuda experta.
Ni hablar de enfrentarse al fuego, el elemento más peligroso desde mi punto de vista, sin descalificar a los anteriores: Agua y aire, lo que sucede es que se me dificulta mucho controlar el fuego, creo que la instrucción contra el fuego es más complicada.
Sin embargo, si llegara el caso en el cual me viera forzado a tratar de controlar el fuego, conseguiría de inmediato la ayuda del entendido en fuego, como puede ser un profesional del control de fuegos, un bombero heroico.
Nótese que hemos hablado de tres de los elementos naturales que rigen el destino de nuestro planeta, independientemente de que se trata de una simbología maravillosa, que utiliza la masonería en la explicación base de nuestro mundo.
Aire, agua y fuego, junto con la tierra es el compuesto maravilloso que se encuentra presente en todo momento, es lo que permite nuestra presencia y de todo cuanto existe en este mundo, su estudio y comprensión es lo que permite el control en nuestro beneficio.
Desde la primera edad aprendemos  a observar cada uno de los elementos, con fuerza, belleza y candor es como podemos caminar por esa escalera plana, que tal vez nos conducirá al encuentro de nosotros mismos, que es el objetivo número uno en la vida.
Me parece que hacer el recorrido por esa escalera plana es más seguro que tratar de ascender a sitios desconocidos en busca de la verdad, cualquiera que esta sea, lo que es seguro es que si logramos entendernos en nuestro ser interno, nuestro ser externo se manifestará ampliamente.
Cuando superamos la línea entre lo que pensamos que somos y lo que en verdad somos, o comprendemos la imagen que las personas tienen de nosotros, es que hemos llegado a la cúspide marcada por nuestra escalera plana.
Ahora sí, la fe en los ideales y la esperanza en realizarlos por el bien de la humanidad se encuentran más cerca de lo que parece, pero todo comienza en la primera edad.