Parece una contradicción o una aberración
en el uso del idioma, sin embargo me propongo explicar a continuación a lo que
me refiero al afirmar que podemos ser iguales pero distintos ya que si
colocamos a dos personas del mismo sexo, una al lado de la otra veremos que son
similares o iguales o casi iguales.
Podemos inclusive colocar una cámara que
permita ver o visualizar sus cuerpos descartando la vestimenta y podemos
afirmar que sus cuerpos son iguales, aun penetrando al interior de los cuerpos
se confirma de manera fehaciente que son iguales o similares.
La pregunta entonces es: ¿Qué es lo que
les hace distintos? ¿Por qué actúan de manera distinta aunque hayan recibido
una educación similar? ¿Se trata de genética o de actitud? ¿Porque entre
hermanos con la misma genética, la actuación suele ser distinta?
Las preguntas son diversas, las causas
también suelen ser diversas, pero, ¿entonces? ¿Qué es lo que les indica que se
conduzcan de manera distinta? ¿Qué es lo que los hace iguales, pero distintos?
La masonería tiene respuesta a todo tipo
de interrogante en lo referente a los seres humanos, porque nada queda a la
deriva en los análisis de los masones, ya que el masón lucha y luchará siempre
por el bien común, ese es el objetivo fundamental de la masonería.
Entonces, para el masón se hace necesario
estudiar y analizar todo lo que al concepto se refiera, ya que el concepto de
la inmortalidad del alma contiene todo el conocimiento necesario que permite
entender y comprender lo referente a la personalidad que es lo que nos hace
iguales pero distintos.
El ejemplo utilizado es sencillo, si dos
varones han nacido de los mismos padres, en el mismo día y casi a la misma
hora, por razones que desconocemos, resulta que manifiestan actitudes y
comportamientos similares pero distintos.
Simbólicamente se dice que la mejor forma
de analizar este asunto es buscar “la cuadratura del círculo” es decir, ese
círculo dentro de ese cuadrado nos indica que estamos ante una perfección que
solo tiene explicación divina, y que es una realidad.
O si lo prefiere, entiéndase como
personalidad, eso es lo que nos hace diferentes, es decir, que de nuestra alma
personalidad depende nuestro comportamiento que pareciera ser igual pero
diferente, coloquialmente es la descripción del aroma de una rosa.
Describir ese aroma de una rosa es
distinto en la percepción de cada uno de nosotros, como yo percibo el aroma de
una rosa, nunca será igual a como usted lo percibe, esa es la gran diferencia,
entonces. ¿Será acaso que esa alma personalidad es lo que nos hace distintos
aunque parecemos iguales?
En la medida que podamos reflexionar en
los asuntos descritos, creo que es la mejor forma de tratar de comprender el
asunto del alma y su inmortalidad, hoy día, recuperan actualidad muchos
conceptos vertidos por los filósofos que nos antecedieron en su paso por este
mundo.
Toda reflexión, toda teoría, toda
afirmación en el tema, adquiere por si misma gran actualidad y nada tiene que
ver el aspecto teológico, lo mejor es ver todo esto desde el punto de vista
parasicológico en tanto se logren completar los estudios científicos que han
iniciado muchos estudiosos del tema.
Mientras tanto, le invito a profundizar
un poco más en el motivo del título de este tema: “iguales pero distintos” y
tal vez podamos comprender la causa por la que nuestros hijos en efecto son
iguales pero distintos, cada uno con su propia personalidad, cada uno con su
propia alma, que pareciera haber sido fabricada de manera independiente en una
fábrica divina.
Tal vez algún día podamos descubrir la
manera como se fabrica cada alma, por lo pronto, lo entenderemos como alma
personalidad con inmortalidad manifiesta y con una cuadratura del círculo, como
una perfección.